Lucas González murió por un disparo en la cabeza. Así lo confirmó el informe preliminar de la autopsia, que aclaró que el futbolista de 17 años tenía “una lesión de un proyectil de arma de fuego en el cráneo” y que perdió la vida por “una hemorragia meningoencefálica”.
Asimismo, la fiscalía que interviene en la investigación pidió la inmediata detención de los tres policías acusados de detonar el arma. Se trata del inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, quienes se desempeñaban en la brigada de Sumarios e Investigaciones de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad. Ahora, resta la definición del juez para que sean detenidos.
El pedido de detención fue firmado en la noche de este viernes por los fiscales Leonel Gómez Barbella, a cargo de la fiscalía nacional en lo Criminal y Correccional 32, y el fiscal Andrés Heim, a cargo de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). El juez Martín Carlos Del Viso había delegado en ellos la instrucción de la causa.
Por otra parte, los tres adolescentes que circulaban en el mismo vehículo que la víctima fueron sobreseídos este viernes. En las últimas horas circuló un audio, enviado por uno de los efectivos, en el que aseguraba que los jóvenes tenían un arma, cuya existencia no se comprobó.
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