El cronista de guerra de Radio Boing y RedBoing Gabriel Pennise compartió la última semana con el pueblo ucraniano en las ciudades de Lviv y Kiev. En sus recorridas por las localidades bajo fuego ruso, el periodista conoció a varios ciudadanos y se vio conmovido por la fortaleza de los mismos.
“En una semana es impresionante cómo cambió la escenografía de la situación. La gente que estaba viviendo en la estación de trenes ya ha sido alojada en otros lugares o trasladada. Otros pegaron la vuelta. Es un clima más tranquilo. No es que esto haya terminado, sino que en la locura de esta guerra quien quería irse ya lo ha hecho y quien quiere quedarse a pelear, lo está haciendo”, afirmó.
En la misma línea, Pennise explicó que desde Kiev “es prácticamente imposible salir”. “Cuesta un poco separarse de esas últimas imágenes. Es una ciudad bellísima convertida en fantasma, con poca gente en las calles. Supermercados cerrados, solo dos hoteles abiertos y comida racionada”, ilustró.
El desabastecimiento llevado a los alimentos en Ucrania también se siente en los combustibles, donde cargan hasta 10 litros por vehículo, y esa información es registrada en una base de datos. “Nosotros fuimos a otra estación y no nos querían dar más. Está todo muy organizado. La situación en Kiev es tremendamente tensa. Es una guerra que se escucha y se siente más de lo que se ve. No es un enfrentamiento como en otros tiempos de hombre a hombre, esto es misil contra misil”, apuntó.
“Para nosotros fue duro cruzar la frontera. Volvimos a pie. No permitían por Medyka y tuvimos que ir a otra a unos 100 kilómetros, donde hay un refugio gigante y no te dejan filmar”, explicó. Y añadió: “Desde ese lugar tenés que esperar que te pase a buscar un colectivo puesto por el Estado polaco. No hay un tiempo estimado de cuánto te podés quedar ahí”.
“Te rompe el alma ver la fortaleza del pueblo ucraniano. La fuerza que tienen es increíble. Ellos están convencidos de que van a poder resistir. Y uno piensa que va a ser muy difícil, estamos hablando de una superpotencia como Rusia”, concluyó entre lágrimas.
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