La enfermera que atendía a Diego Maradona en su internación domiciliaria declaró ante la Justicia. Entre otras cosas, aseguró que la única indicación que tenía de los médicos era la de administrarle la medicación, que le dijeron que “no eran necesarios los controles”. Además, destacó que en la casa de Tigre donde falleció en noviembre pasado “no había ningún acondicionamiento” para la patología cardíaca que presentaba, que definió como “una bomba de tiempo”.
Dahiana Gisela Madrid se encontraba en el domicilio en el que Maradona cursaba la recuperación, y donde finalmente perdió la vida, por ser contratada por la empresa “Medidom”. La empleada contó que el 13 de noviembre, primer día que fue a trabajar a la casa del barrio San Andrés, fue la primera y “única vez” que pudo tener contacto personal con Maradona, tomarle los signos vitales y bañarlo, pero que ya el día 16, cuando fue por segunda vez, el propio paciente la echó e incluso amenazó con tirarle “por la cabeza” un “cargador de celular”.
Madrid explicó que nunca entraba a la habitación del por entonces DT de Gimnasia y que la mayoría del tiempo estaba “afuera, debajo de las plantas” o “sentada en el living” sin hacer ruido. “Me habían dicho que nosotros los enfermeros estábamos para dar la medicación en tiempo y forma para que el paciente no se automedique, que no era necesario que se controle”, afirmó la imputada ante los fiscales Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, que fueron los dos miembros del equipo fiscal que ayer la indagaron por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”.
“No había que molestarlo, no había que ingresar a la habitación, solo darle la medicación en tiempo y forma únicamente”, apuntó. “Si vos sos un paciente cardíaco, sabés que sos una bomba de tiempo, pero no había ningún acondicionamiento para la patología del paciente. Lo único que había era control de signos vitales. Un termómetro y un saturómetro”, afirmó Madrid.
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