El intendente ganó bien su interna, aunque por un margen escaso, y Monteverde hizo lo propio en una contienda muy pareja con Sukerman. En la sumatoria de los frentes, Unidos sacó una amplia diferencia, aunque de cara a septiembre comienza un nuevo escenario. Javkin, así, pudo surfear la ola contra los oficialismos tras una gestión marcada por la pandemia y los problemas económicos, al menos por ahora.
Se llevó el primer tiempo. En las últimas dos semanas capitalizó el alza en la gestión municipal, se cosecharon algunas obras que estaban en proceso y el propio intendente calzó justo en el discurso que terminó siendo el ganador. Apeló a la racionalidad, a la rosarinidad, a la crítica a la provincia y la nación por la falta de apoyo, y caminó los barrios en modo de cercanía. Eso y el vuelo bajo de Tessandori en la campaña le permitieron ganar la interna y jugar en las generales.
El periodista no era un rival a subestimar. El nivel de conocimiento y su perfil moderado lo apuntalaban como un candidato potable para competir por la intendencia. Con llegada a la clase media y a las clases populares, y 40 años de periodismo de TV en el lomo, hasta se plantó como favorito en el inicio del proceso electoral. Con los días se fue desinflando su primer impulso y terminó cediendo sobre el final.
María Eugenia Schmuck pudo sortear la boleta de 54 caras al Concejo y ganó su interna contra Federico Lifschitz, que quedó segundo, y Susana Rueda, que se acomodó tercera en la grilla. La candidata de Javkin y socia política en el armado local pasó una prueba de fuego después de presidir 4 años el Palacio Vasallo sin sobresaltos, consiguiendo amplias mayorías en ordenanzas clave para la gestión. Su sector del radicalismo se sigue fortaleciendo de la mano de su marido y rector reelecto de la UNR, Franco Bartolacci, sobre su propia figura, y desde espacio estratégico en el gobierno de Rosario.
La victoria de Juan Monterverde tiene anclaje en el apoyo específico del Movimiento Evita, fusionándose en una nueva fuerza para Rosario, pero sobre todo por la trayectoria de un dirigente barrial, de izquierda y tenaz como lo es el referente de Ciudad Futura. Desde aquella rebeldía de Giros en Nuevo Alberdi, poniendo en tensión a toda la institucionalidad de la ciudad, a un perfil moderado, prolijo y propositivo que se ganó un lugar en la final de septiembre.
El grupo de trabajo es prolijo y consolidado, vienen todos del palo de la comunicación social y entendieron, desde el primer momento, que el mensaje tenía que ser disruptivo pero verosímil. Hace 10 años algunas propuestas parecían alocadas, pero hoy son parte de las mayorías rosarinas. Maduraron en conjunto con Monteverde, y los rosarinos ven en su frescura una nueva oportunidad para la ciudad. La derrota de Sukerman en estas PASO cala profundo en el peronismo, sumada a la paliza provincial, y obliga a reconfigurar el futuro del partido no sólo en la ciudad sino también en Santa Fe.
Mariano Romero, el candidato a concejal del Movimiento Evita que integra Rosario Sin Miedo, ganó la interna del peronismo rosarino y encabezará la lista siendo una de las sorpresas de la jornada cívica. Sobre todo porque había una postulación clave de Caren Tepp por fuera de la alianza y que también superó el piso con creces para competir en las generales. Un militante de las bases que llegó liderar la grilla del PJ, y será secundado por Fernanda Gigliani y María Fernanda Rey.
La brecha entre los dos frentes es amplia, una luz grande para Javkin. Entre Súkerman y Monteverde suman 34 puntos, contra los 53 del oficialismo que encabeza el intendente actual. Sin embargo, de cara al 10 de septiembre se abre un nuevo panorama, en donde los desafíos son retener el caudal conseguido en las PASO y captar la voluntad de los nuevos votantes. Rosario, en su rebeldía, dejó al peronismo por primera vez sin un exponente propio en las elecciones generales.
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