Un nuevo escándalo golpea al gobierno italiano de Sicilia en pleno rebrote del coronavirus. Carabineros detuvieron este martes a tres funcionarios por manipular los datos sobre contagios y fallecidos a fin de evitar ser vueltos a incluir en la zona roja del semáforo epidemiológico.
Las personas en cuestión son: la directora general del Departamento Regional para las Actividades Sanitarias y Observatorio Epidemiológico (Dasoe), Maria Letizia Di Liberti; el funcionario regional Salvatore Cusimano y el empleado de una empresa que se ocupa de la gestión informática de datos de la Concejalía, Emilio Madonia. Ante el nuevo escándalo, el consejero regional de Salud de Sicilia, Ruggero Razza, presentó su renuncia.
Mientras se mantiene en su cargo ahora de manera interina, Razza está siendo investigado por posible falsedad documental. “En tiempos de pandemia las instituciones deben estar protegidas de cualquier sospecha. Para salvar al Gobierno de una controversia inevitable, le pedí al presidente de la región que aceptara mi renuncia”, apuntó.
La investigación partió de una serie de llamadas en las que se habría pedido a un laboratorio en Alcamo “reducir” y “distribuir” el número de contagios y fallecidos para evitar que la isla cayera nuevamente en la zona de alto riesgo. Las autoridades judiciales consideran de momento que el presidente Musumeci “parece ajeno” a este “plan político perverso” y que fue “engañado por la información falsa que le fue transmitida”.
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