El titular de Secutrans, firma encargada de las fotomultas en varios municipios bonaerenses, es Leandro Camani. Es un empresario millonario que fue modelo y que desde 2020 posee los derechos para las ceremonias de los premios Martín Fierro. La novedad es que ahora, tras una imputación del MPA, su nombre también podría aparecer en una investigación de la justicia rosarina a una banda vinculada al narcotráfico.
La empresa de Camani se encarga de las multas por infracciones de tránsito en La Matanza, San Martín, Hurlingham, Morón, Escobar, San Antonio de Areco, Lezama, Chivilcoy y Mar del Plata. En estos municipios, Secutrans tiene instaladas 1500 cámaras que permitieron detectar infracciones por las cuales se facturan miles de millones de pesos al año.
El negocio de Secutrans enfrenta cuestionamientos por la confiabilidad de los dispositivos y la justicia federal tramita varias causas por la sospecha de que existió una “caja negra” en la última década por parte de un sector que se beneficia con los convenios firmados con varios municipios por fundaciones vinculadas a universidades en la provincia de Buenos Aires, a través de las cuales se factura el cobro de las multas.
Por el tema hay expedientes abiertos en el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal de 3 de Febrero (a cargo de Juan Manuel Culotta); el Juzgado Federal 3 de La Plata (de Ernesto Kreplak) y también está en la mira del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires.
En este marco, la novedad publicada por sitio Infocielo en estas horas es la de una infracción de tránsito que podría resultar relevante por los nombres de los protagonistas de la historia: el hecho se produjo el pasado 2 de octubre cuando un control policial encontró a Lisandro Damián Contreras manejando con la cédula verde vencida una camioneta Mercedes Benz Gle 400 a nombre del empresario Camani.
La imputación a Contreras
Contreras es un joven rosarino de 30 años que fue imputado esta semana en el Centro de Justicia Penal de Rosario, tras haber sido detenido el último sábado 7 de diciembre por la Policía Federal. Cuando cayó, manejaba una Ford Ranger en la localidad bonaerense de Tigre y estaba viviendo en un exclusivo country en Pilar. Sostenía un elevado nivel de vida, con acceso a autos y teléfonos de alta gama, pese a figurar apenas como empleado de una empresa de insumos odontológicos.
De acuerdo a la evidencia reunida por la fiscal Georgina Pairola para imputarlo como jefe de una asociación ilícita, la firma para la que supuestamente trabajaba Contreras tenía un único empleado, que era él. Los dueños de la empresa no sabían que figuraban en los papeles como titulares: uno era jubilado y otro un ex empleado de Mc. Donald’s. “Hay indicios de que podría haber sido una empresa fantasma”, planteó el juez en la resolución este lunes 23 de diciembre.
La Fiscalía indicó en la audiencia que Contreras estaba purgando en libertad el final de una condena por robo calificado. En varios carteles de bandas narco había aparecido mencionado como “Licha” y para la policía era conocido como “Limón”. En diciembre de 2022 había pedido a la justicia transitar la última etapa de su condena viviendo en el country en Pilar donde finalmente ahora se supo que se había instalado. Aunque el permiso le fue denegado, igualmente se mudó al exclusivo country en el que vivía en una casa con vista a un lago privado.
Por los datos que mostró el MPA en la audiencia contra “Licha”, al menos desde 2022 el joven había tejido relaciones con un grupo criminal conocido como “La Mafilia” y comandado por Leandro Vilches, Pablo Nicolás Camino y Rodolfo “Eric” Masini, presos en una cárcel federal. El grupo, que originalmente había pertenecido a Los Monos, planteó un enfrentamiento a otros cabecillas de la histórica banda rosarina, como Leandro “Pollo” Vinardi y Carlos Damián “Toro” Escobar.
Aquella disputa se hizo visible a mediados de 2023, cuando en la despedida de Maxi Rodríguez en el estadio de Newell’s la barra brava desplegó un enorme telón con ilustraciones de un pollo, un toro y un mono, en alusión a Vinardi, Escobar y el propio “Guille” Cantero. En ese marco, la facción disidente encabezada por Camino, Vilches y Masini, buscó nuevas alianzas. Y allí habría aparecido la figura de “Limón” Contreras, que también tenía vínculos en el territorio con la banda “Los Menores”, del 7 de Septiembre.
Entre los datos que mostró Fiscalía en la audiencia a Contreras, se detectó la aceitada relación que tenía “Licha” con Jonatan Garraza, un policía que permanece prófugo y habría facilitado al grupo criminal información calificada sobre los allanamientos antes de su realización. De los nombrados en la investigación del MPA, también sobresale la mención al “Peruano”: para el juez Pablo Pinto, se trataría de Julio Rodríguez Granthon, aviador de esa nacionalidad que está sospechado de ser proveedor mayorista de la droga que venden las bandas rosarinas.
Si bien la imputación no avanzó hasta ahora sobre la causa por el crimen de Andrés Bracamonte, en la audiencia sí se mostró un chat en las horas posteriores a la ejecución del jefe de la barra brava de Rosario Central, entre Garraza y su pareja. A esa hora, cuando un canal de televisión porteño mencionaba a “Limón” en un informe sobre el asesinato de “Pillín”, en el chat se decía: “Lo están nombrando. Va a haber que cuidarse mucho”.
Volviendo entonces al episodio de octubre año pasado en la ruta 9, con el control de documentación de rutina a la altura de Río Tala, surge la pregunta por la relación de “Limón” Contreras con Camani. ¿Qué hacía el presunto narco en la camioneta del empresario?
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