La cifra de muertos por las devastadoras lluvias que afectan al oeste de Europa ascendió a 150 en las primeras horas del sábado. Aún continúan las tareas de rescate para hallar a los desaparecidos y evitar más daños, como así para limpiar las calles inundadas de barro.
La policía de Alemania confirmó más de 90 fallecidos en la zona de Ahrweiler, una de las más afectadas por la tragedia. Otras 43 personas fueron declaradas muertas en el vecino estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país, y 20 personas más perdieron la vida al otro lado de la frontera, en Bélgica.
“Me temo que solo veremos la magnitud de la catástrofe en los próximos días”, advirtió la canciller alemana, Angela Merkel el pasado jueves.
En otras poblaciones de la zona continuaban los operativos, mientras los servicios meteorológicos pronostican que no habrá más precipitaciones destacables este sábado. El intenso temporal sorprendió a los habitantes y algunos quedaron atrapados al desbordarse ríos, lo que provocó pánico en los ciudadanos.
Además de Alemania y Bélgica, Luxemburgo, Holanda y Suiza también sufrieron importantes pérdidas por el temporal.
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