La “amistad” comenzó en el chat del juego Free Fire y después de unos meses decidieron encontrarse, aunque no todo terminó como esperaba.
El muchacho, de González Catán, viajó a la costa invitado por su amigo con el que jugaba desde hacía meses un juego en línea que consiste en matar al resto de los adversarios con armas de todo tipo de calibre y tamaño. La relación entre ambos, de 24 y 21 años, llegó a un punto de confianza tal que cuando le comentó que visitaría la ciudad, le dijo que podría quedarse en su casa.
El anfitrión hasta se ofreció a ir a buscarlo a la terminal de ómnibus y lo hospedó al invitado en su casa. El martes 9 de agosto llegó a Miramar. Lo esperaba su compañero de aventuras virtuales, que lo llevó a su casa en el barrio Las Flores.
Una vez allí, le dijo que se pusiera cómodo, que acomodara sus pertenencias y que en unos minutos regresaría. Eso hizo, nada lo hizo sospechar el riesgo que corría.
Unos minutos después entró al cuarto un hombre munido de una caña con un cuchillo amarrado en la punta. Se asustó, pidió ayuda a su amigo gamer, pero éste, al ingresar a la habitación, también lo hizo armado con un cuchillo.
Le quitaron todo lo que tenía, dinero, unos 50 mil pesos, hasta una aerocámara que el muchacho usa para aspirar un medicamento para el asma, y le dijeron que se fuera. La víctima comenzó a caminar por las calles de una ciudad que no conocía, hasta que dio con un vecino y le contó lo que le había pasado. El hombre llamó al 911.
La investigación derivó en un allanamiento en la casa del barrio Las Flores y la detención del gamer de 21 años. El procedimiento lo dispuso la fiscal Ana Caro. En el lugar los se encontraron algunos de los elementos que habían robado.
De momento no se pudo establecer la identidad del otro asaltante, el hombre armado con un lanza. Caro le imputó al detenido el delito de “robo agravado por el uso de arma” y en la mañana de este jueves, asistido por la defensoría oficial, se negó a declarar.
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