La investigación en torno a la barra brava de Newell’s Old Boys, liderada presuntamente por Ariel Máximo “Guille” Cantero, expuso una trama compleja de actividades ilícitas, disputas internas y posibles vínculos con la dirigencia del club.
Dos facciones enfrentadas
En el epicentro del conflicto se encuentran dos facciones bien definidas. Por un lado, la liderada por Leandro “Pollo” Binardi y su pareja, Sabrina Ivana Barrias, y por otro, la encabezada por Alejandro “Rengo” Ficadenti. Aunque Ariel Máximo Cantero figura como el jefe máximo, las tensiones entre Binardi y Ficadenti desataron una lucha interna que incluyó balaceras, tentativas de homicidio y amenazas a figuras destacadas, como el futbolista Ángel Di María y su familia.
La investigación también reveló que Diego Cantero, primo de Guille Cantero, ocupa un rol clave como organizador dentro de esta estructura. Este entramado se sostiene gracias a negocios ilícitos vinculados al club, incluyendo la reventa de entradas, el control de estacionamientos, la explotación de carritos de comida y eventos deportivos.
Extorsiones y vínculos con la dirigencia
Según lo informado por la Fiscalía, la dirigencia de Newell’s habría sido víctima de al menos dos extorsiones documentadas. Además, se investiga si algunos miembros de la dirigencia podrían haber incurrido en conductas delictivas al facilitar dinero, entradas y camisetas a los líderes de la barra. Estos hechos están siendo analizados por la Unidad de Delitos Económicos de la Fiscalía Regional.
La lucha por el control de la barra se intensificó cuando Ficadenti buscó ganar terreno frente a Binardi, llegando incluso a organizar atentados para mostrar su “chapa” ante Guille Cantero. Estos actos incluyeron amenazas a Di María y ataques en el estadio Coloso del Parque, además de enfrentamientos armados entre las facciones.
Un entramado de violencia y negocios
La investigación abarca un periodo comprendido entre el 10 de enero y el 2 de agosto del año pasado. Durante este tiempo, las facciones de la barra se enfrentaron violentamente por el control de los negocios que generan grandes sumas de dinero. Estas ganancias, según la Fiscalía, eran supervisadas directamente por Guille Cantero, quien exigía rendiciones de cuentas por parte de los líderes de cada grupo.
El conflicto no solo impactó al club, sino también tuvo ramificaciones en otros ámbitos delictivos. Se especula que Ficadenti y su entorno pudieron haber participado en actos de violencia como favores para consolidar su posición dentro de la organización, incluso vinculándose a un secuestro en Buenos Aires.
Los próximos pasos judiciales
Ariel Máximo Cantero y Diego Cantero han sido imputados como jefe y organizador, respectivamente, de esta asociación ilícita. Por su parte, Binardi, Barrias y Ficadenti son considerados gerenciadores de las facciones en disputa. La Fiscalía continúa recabando pruebas y se espera que en las próximas audiencias se definan las medidas cautelares para los involucrados.
Mientras tanto, la investigación sigue su curso, con el objetivo de esclarecer los vínculos entre la dirigencia del club y las actividades de la barra, así como las responsabilidades penales de todos los imputados.
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