El 1 de octubre más de 130 personas fallecieron en el Estadio de Kanjuruhan (Malang, Indonesia) tras una estampida de los hinchas para escapar de los gases lacrimógenos arrojados por la policía como intento de disuadir los incidentes provocados por la derrota del Arema FC ante el Persebaya Surayaba.
“Vamos a demoler el estadio y reconstruirlo según las normas de la FIFA, con instalaciones apropiadas que garanticen la seguridad de los jugadores y los aficionados”, confirmó Joko Widodo, presidente del Arema FC tras reunirse con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
Según informa Télam, el responsable del máximo ente del futbol mundial se comprometió a ayudar a la transformación del fútbol indonesio para mejorar la seguridad y tras su reunión señaló: “Vamos a reformar y transformar el fútbol en el país”.
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