Miles de fanáticos de los Red Devils invadieron el campo de juego en la previa del partido frente al Liverpool por la fecha 34 de la Premier League. Los hinchas, en un principio, se habían autoconvocado para marchar de forma pacífica contra los dueños de la institución. Sin embargo, los más fervientes pudieron penetrar la seguridad e ingresaron a la cancha del Old Trafford, impidiendo que se pueda desarrollar el encuentro.
En un principio, la idea fue retrasar unas horas el duelo y planificar un nuevo horario de inicio. Sin embargo, después de una reunión que mantuvieron los directivos de ambos clubes, decidieron darlo por suspendido. Los hinchas se acercaron al estadio envueltos en banderas, pancartas y bengalas de humo. “Ustedes pueden comprar nuestro club pero no podrán comprar nuestro corazón ni nuestra alma”, rezaba alguno de los carteles.
Los enfurecidos seguidores del United encendieron bengalas, se subieron a los arcos y a las tribunas e impidieron que el partido pudiese desarrollarse en tiempo y forma. Al mismo momento, otro grupo de hinchas concurrió al hotel donde se hospedaban los jugadores para impedir la salida del micro que los llevaría al estadio. Allí también la Policía tuvo que disuadir a los fanáticos, aunque no necesitaron el uso de la fuerza ni de la violencia para lograrlo.
El partido de esta tarde entre el Manchester United y el Liverpool era clave para saber quién será el ganador de la Premier League. Es que si el equipo de Kloop lograba quedarse con los tres puntos, el Manchester City se consagraría como el nuevo campeón de Inglaterra.
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