El término hashtag proviene del inglés y se utiliza para identificar un tema o acontecimiento. Está formado por el símbolo # -conocido como numeral o almohadilla- y una palabra o frase propia de la situación. Su función es permitir que los usuarios unifiquen sus opiniones o experiencias bajo un mismo enunciado.
Se empleó por primera vez en 2007 bajo el lema #SanDiegoFire para publicar sobre los incendios forestales en California, Estados Unidos. Tres años más tarde, la plataforma les dio un espacio exclusivo en las tendencias y los volvió su marca registrada.
Este elemento de marketing se puso en práctica con tanta velocidad que Facebook e Instagram lo incluyeron para facilitar sus búsquedas. Así, el usuario podía sumergirse con un solo toque en un tópico específico: jardinería, guitarras, básquet y celebridades, entre otros.
Al replicarse en todas las redes sociales, Twitter debió innovar y evolucionar el hashtag con una nueva característica: los hashflags. El nombre hace referencia a las banderas -por flag en inglés- debido a que se utilizó por primera vez en la Copa del Mundo de 2014.
Se diferencia del símbolo original por agregar un ícono o emoji para hacer al contenido más relevante y brindarle una experiencia interactiva al usuario; y puede ser estático o animado. En ese caso, cuando el internauta le da like a un tweet, el corazón prediseñado se transforma en el hashflag que aparece encima.
Puntualmente, hay dos motivos por los que Twitter crea o publica un nuevo diseño. Por un lado, para aprovechar las últimas tendencias y eventos como, por ejemplo, el SuperBowl, los premios Oscars, el Día del Orgullo, las películas de Spiderman y hasta el aniversario número 117 de Newell’s. Por otro, para transformar su sello personal en una inversión y generar una industria que genera millones de forma silenciosa.
Publicidad 3.0
Como todas las redes sociales, Twitter posee con un equipo comercial que ofrece patrocinios y herramientas pagas para ampliar la audiencia de la cuenta. Si el usuario desea que sus tweets aparezcan en el timeline de más personas, debe seleccionar la publicación y seguir los pasos sugeridos.
En este sentido, los hashflags se transforman en un nuevo eslabón en la cadena de negocio. Si bien la aplicación lanza algunos de manera gratuita, otros son impulsados por empresas o artistas. Sin embargo, para obtenerlos se debe llegar a un acuerdo con el área de publicidad de la plataforma.
De acuerdo con múltiples portales especializados, el precio de un hashflag supera ampliamente el millón y medio de dólares, pero el monto depende de la campaña elegida y del alcance que se le quiera dar. Durante 2021, más de 1200 emojis fueron puestos en funcionamiento, por lo que la compañía dirigida por Parag Agrawal percibió alrededor de USD 1.800.000.000. Una cifra monstruosa.
#ReacciónAlHashflag
Cuando una aplicación incorpora nuevas funciones o actualizaciones, los usuarios se adaptan inmediatamente y luego comparten sus críticas sobre los cambios. En la mayoría de las ocasiones, desaprueban la decisión tomada por la red social, pero en el caso de los hashflags sucedió todo lo contrario.
Cada vez que uno de estos símbolos aparece en las tendencias, los navegantes publican sus capturas de pantalla para alertar a los demás sobre su presencia. Además, se crearon cuentas como @HashflagArchive donde recopilan imágenes de ellos.
También, se inició una página en la que se pueden consultar cuáles están activos y qué hashtag se debe twittear para utilizarlo. En el sitio hashflag.io, el usuario puede navegar e interactuar con los emojis, compartirlos en su red, o bien conocer todos desde el inicio.
Con esta herramienta, Twitter no solo comenzó a destacarse entre su competencia y a generar dinero, sino que también le dio al navegante algo único: el poder interactivo. Un pequeño toque basta para que un corazón prediseñado se transforme en un emoji divertido. Además, le abrió la puerta a una nueva forma de hacer publicidad. Una que llegó para quedarse y ampliar los límites de lo -des- conocido.
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