“Garantía de confianza”, el slogan de la cadena de electrodomésticos Garbarino terminó de desaparecer. Este jueves tomó una decisión intempestiva que dejó a sus empleados en el abismo. En medio de la jornada, dieron la orden de cerrar las puertas de sus locales en la ciudad por tiempo indeterminado. Desde la regional le informaron a los encargados y ellos comunicaron que había que desalojar los locales, explicaron los trabajadores a RedBoing.
En medio de una nueva crisis y tras cambiar de dueños en 2020, la compañía sigue cerrando sucursales a lo largo y ancho del país, dejando a cientos de trabajadores al descubierto. En 2020, la firma fue vendida por la familia fundadora al empresario Carlos Rosales, presidente de la aseguradora PROF y protesorero de San Lorenzo de Almagro. Según informaron, la operación fue con pago de salarios atrasados y una inversión de $2.000 millones en un período de 18 a 24 meses.
“En mayo pensábamos que estábamos mal, pero ahora estamos peor. Hace dos meses que no nos pagan los sueldos y hace un año y medio que no recibimos los aportes. Hace 5 minutos nos enteramos que cerró una nueva sucursal en Córdoba”, explicó a RedBoing Cristian, uno de los empleados hace solo 7 días. En la misma línea, había explicado que un bloqueo de los empleados de Buenos Aires imposibilitaba que llegaran los pocos productos que tiene Garbarino a disposición. Solo una semana después, la compañía decidió cerrar en Rosario.
Asimismo, los empleados de las sucursales que bajaron sus persianas este jueves detallaron que no recibieron noticias respecto a lo salarial. Tiempo atrás, algunos trabajadores aceptaron los retiros voluntarios. Estos se iban a dar con pagos en cuotas. No obstante, allí la compañía volvió a incumplir. “Desde la empresa están jugando a desgastarnos para que nos vayamos y se termine todo ahí”, destacaron.
“No sabemos si venimos mañana y está todo cerrado”, habían comentado con angustia los trabajadores a RedBoing el jueves de la semana pasada. Finalmente, Garbarino cerró en medio de una jornada laboral.
“Ventas había, hubo cierres por falta de mercadería. A fines de febrero los proveedores de Buenos Aires frenaron la entrega de mercadería. En algunos casos solo se podía vender con tarjeta para que fuera directamente a ellos y no pasara por manos de Garbarino”, explicó Cristian.
El día martes se había realizado una audiencia por el cierre de la sucursal del centro de Rosario y el pago de sueldos. Sin embargo, paso a cuarto intermedio para mañana, sin respuesta para los trabajadores.
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