Gabriel Pennise, corresponsal exclusivo de RedBoing en el lugar de los hechos, se encuentra en la localidad polaca de Medyka, al sureste del país. La misma es una de las localidades fronterizas con Ucrania, y vive en carne propia la desesperación de aquellos que quieren huir de la guerra alejándose de los lugares con más riesgos.
Luego de dos días recorriendo las calles de Polonia y dialogando con voluntarios y refugiados de la guerra, el periodista de Grupo Boing se trasladó hacia la ciudad de Medyka para intentar pasar por primera vez desde que llegó al lugar a Ucrania. El panorama, como era de esperar, es desolador.
Decenas de puestos donde trabajan cientos de personas para ayudar a quienes logran escapar del territorio ucraniano, y hasta puestos para el cuidado de las mascotas conforman un paisaje desesperanzador. En la frontera con Lviv se pueden observar largas filas de camiones con medicamentos y ayudas de todo tipo, intentando ingresar a Ucrania para poder abastecer a quienes no dejaron atrás al país.
“Estamos en la frontera, es una zona donde no se puede pasar caminando, solamente en vehículos. Son cuatro kilómetros de filas de camiones de ayuda humanitaria. Había uno de Sevilla, España, que llevaba medicamentos. Todo es bastante lento, bastante complicado en cuanto a trámites”, ilustró Gabriel Pennise desde Polonia.
Además, el periodista rosarino agregó: “El panorama es el sonido del silencio, mucha tristeza, hay una tienda que atiende a las mascotas a ver si están en condiciones. Hay corredores de primeros auxilios, porque hay gente que llega descompuesta. En este pasaje se puede acceder solamente en vehículos
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