
Las lluvias que enfrenta Bolivia dejaron un saldo de 52 personas fallecidas y 452.067 familias afectadas desde noviembre de 2024 a la fecha, informó este domingo el Gobierno boliviano, mientras el Servicio Nacional de Hidrología y Meteorología catalogó la crisis como las precipitaciones más intensas en cuatro décadas.
El ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo, manifestó a los periodistas que las precipitaciones afectaron a 4.971 comunidades en los nueve departamentos de Bolivia.
“La magnitud del desastre nos obliga a actuar con rapidez y coordinación”, afirmó el ministro al anunciar las medidas gubernamentales.
El Gobierno boliviano declaró el 26 de marzo emergencia nacional, lo que permite la gestión de ayuda internacional y la movilización de recursos para la atención de los afectados. Detalló que todos los departamentos fueron golpeados, aunque La Paz (oeste), Chuquisaca (sur), Cochabamba (centro), Santa Cruz (este) y Potosí (sudoeste) son los más damnificados.
Los efectos del temporal han sido catastróficos con viviendas destruidas, cultivos arrasados, cientos de animales muertos y poblaciones enteras aisladas por el colapso de puentes y carreteras.
Advirtió que Bolivia, al igual que otros países de la región, enfrenta los efectos de una crisis climática global, un “fenómeno irreversible”, por lo que urgió reforzar las medidas de prevención ante futuros desastres.
El ministro manifestó que la cifra de fallecidos asciende a 52 desde noviembre del año pasado a la fecha, pero el número podría aumentar en los próximos días, ya que ocho personas siguen desaparecidas.
El presidente del país andino, Luis Arce, ha convocado a gobernadores y alcaldes de las zonas afectadas para coordinar la respuesta y la posterior reconstrucción. Como parte del plan de emergencia, Bolivia ya dispone de un crédito de 75 millones de dólares para atender la crisis.
Hasta la fecha, el Tesoro General del Estado ha entregado 2,5 millones de bolivianos en asistencia humanitaria, mientras que el Ministerio de Defensa y el Ministerio de la Presidencia han entregado 234 toneladas de ayuda, beneficiando a más de 20.000 familias.
Sin embargo, la magnitud del desastre exige mayores recursos y apoyo internacional. “Las pérdidas son incalculables y la emergencia está lejos de terminar”, advirtió Novillo.
Las lluvias han dañado 64.000 hectáreas de cultivos, afectado a 352.628 cabezas de ganado por la falta de alimento tras la inundación de los pastizales, informó este jueves el Gobierno.
El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, explicó el jueves a los periodistas que la afectación a las 64.000 hectáreas de cultivos representa un 2,2 por ciento de la superficie agrícola del país.
El impacto del temporal también ha generado dificultades en el transporte, lo que ha ocasionado incrementos en los precios de algunos productos. Sin embargo, Flores afirmó que esta situación mejorará en las próximas semanas.
Según la proyección del ministro, a partir de mediados de abril se tendrán mejores condiciones climáticas y, por ende, los precios comenzarán a estabilizarse.
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