
El cónclave ya tiene resultado y la Iglesia católica un nuevo líder espiritual. Se trata de Robert Francis Prevost Martínez, quien asumió el papado bajo el nombre de León XIV, convirtiéndose en el sucesor de Francisco. De origen estadounidense, fuerte presencia en América Latina y una larga trayectoria en la vida religiosa, es el primer papa agustino en más de un siglo.
Nacido en Chicago en 1955, Prevost es miembro de la Orden de San Agustín. Fue misionero en Perú durante casi dos décadas y obtuvo la nacionalidad peruana en 2015. A lo largo de su carrera, combinó la formación pastoral con la gestión institucional dentro de la Iglesia: fue obispo de Chiclayo, prior general de su orden, y ocupó cargos clave en el Vaticano, como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Fue creado cardenal por el papa Francisco durante el consistorio del 30 de septiembre de 2023, con el titulus de cardenal diácono de Santa Mónica. Poco después, el 4 de octubre de ese mismo año, fue nombrado miembro de múltiples organismos vaticanos, entre ellos la Sección para la primera evangelización, los dicasterios para la Doctrina de la Fe, las Iglesias Orientales, el Clero, los Institutos de Vida Consagrada, la Cultura y la Educación, los Textos Legislativos, y la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano.
El 6 de febrero de 2025, fue promovido al orden de los obispos del Colegio Cardenalicio, con la asignación de la sede suburbicaria de Albano.
Prevost fue ordenado sacerdote en 1982, y desde entonces se destacó por su perfil académico y diplomático. Es doctor en Derecho Canónico y políglota: habla español, italiano, francés y portugués, además de leer latín y alemán.
Su elección como Papa refleja una continuidad con el legado de Francisco, pero con un nuevo enfoque: latinoamericano por adopción, comprometido con la formación del clero, y con una mirada universal sobre los desafíos actuales de la Iglesia.
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