La disposición dejó afuera a los millones de personas, tanto en Rusia como en Argentina y otros países, que están inmunizados contra el coronavirus gracias a la Sputnik V desarrollada por el Instituto Gamaleya.
Desde el Fondo Ruso de Inversión Directa (FRID), que financió el desarrollo de la Sputnik V, expresaron que la vacuna “ha sido aprobada en 70 países, donde viven más de 4 mil millones de personas, arriba de la mitad de la población mundial”.
También dijeron que “su eficacia y seguridad ha sido confirmada tanto en ensayos clínicos como a lo largo de su uso en el mundo real en una cantidad de países“, y por lo tanto la entidad remarcó: “Nos oponemos a los intentos de politizar la lucha mundial contra el Covid-19 y a la discriminación contra vacunas efectivas para obtener ganancias políticas o económicas en el corto plazo”.
La Sputnik V todavía no cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sino que desde ese organismo dependiente de las Naciones Unidas informaron esta semana que se suspendió el proceso para su revisión por dudas sobre su proceso de fabricación en plantas ubicadas en Rusia.
Desde la OMS también señalaron que existen dudas sobre si la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Rusia puede ser producida según ciertos estándares.
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