Durante la madrugada de este viernes, Estados Unidos atacó con un drone al presunto organizador del atentado que terminó con la vida del al menos 170 personas en Kabul. En este sentido, desde la administración de Joe Biden aseguraron que mataron al “objetivo”, y advirtieron sobre nuevas detonaciones por parte del grupo talibán.
“El ataque aéreo no tripulado se produjo en la provincia afgana de Nangahar. Los primeros indicios apuntan a que hemos matado al objetivo”, expresó en un comunicado el capitán del Comando Central, Bill Urban.
De acuerdo con las primeras informaciones, el blanco fue un cabecilla del Estado Islámico del Khorasan (EI-K), una de las ramas del grupo terrorista en Pakistán y Afganistán. Ante la amenaza de otra explosión, las fuerzas armadas norteamericanas seguirán adelante con la evacuación de la capital.
En este sentido, la Casa Blanca comunicó que podría haber “un mayor derramamiento de sangre” antes del martes, fecha límite impuesta por el presidente demócrata. “Los próximos días serán nuestro periodo más peligroso hasta la fecha”, indicaron.
Por su parte, los islamistas reivindicaron tener el control de“tres importantes sitios de la parte militar” del aeródromo. No obstante, el vocero del Pentágono, John Kirby, negó que estuvieran “a cargo de ninguna de las puertas” ni “ninguna de las operaciones del aeropuerto”.
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