Esta semana, el Gobierno se prepara para determinar el incremento que se aplicará al costo de la energía mayorista, lo que permitirá conocer hasta donde llegarán los aumentos en las tarifas de luz y gas. Según estimaciones de firmas consultoras privadas, se espera que estos incrementos ronden en torno al 40%.
El propósito principal es reducir los subsidios en aproximadamente US$ 130 millones al mes durante la temporada invernal, según análisis de expertos, quienes sugieren que el Ministro de Economía, Luis Caputo, busca alcanzar un ahorro total de unos US$ 390 millones.
El aumento se aplicará sobre el costo de la energía mayorista, uno de los tres pilares fundamentales que componen la estructura tarifaria, junto con el transporte y la distribución.
El Gobierno ya ha decidido mantener congeladas las tarifas de transporte y distribución durante el mes de junio, con el objetivo de mitigar el impacto de los aumentos en los índices de inflación. Sin embargo, también busca continuar reduciendo el costo fiscal y mantener la estabilidad de las cuentas públicas, como lo hizo durante el primer cuatrimestre del año.
Mientras se llevan a cabo estas negociaciones, las facturas de gas con incrementos significativos comenzaron a llegar a los hogares en estos días, con aumentos promedio del 380% autorizados en abril. Este fuerte aumento se debe a la actualización de tarifas para las empresas de distribución y transporte, servicios que constituyen una parte importante del costo total de las facturas y que habían quedado rezagados debido al congelamiento tarifario del gobierno anterior.
El objetivo del Gobierno en abril fue restablecer la rentabilidad de las empresas de gas, como Metrogas, Naturgy, Camuzzi, TGN y TGS, justo antes del inicio del invierno, cuando se duplica el consumo residencial de gas. Esto ha ejercido aún más presión sobre el valor final de las facturas, tanto por los precios más altos como por el aumento del consumo de gas.
Para abordar esta situación, el Gobierno está considerando establecer límites al consumo subsidiado para los usuarios de bajos ingresos, mientras que los hogares de ingresos medios pagarán el costo real del servicio una vez superado cierto límite de consumo subsidiado. Además, se prevé la posibilidad de reducir los subsidios para usuarios de ingresos altos, comercios e industrias.
Según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet, un hogar promedio en el Área Metropolitana de Buenos Aires gasta alrededor de $118.825 al mes en cubrir sus necesidades energéticas, de transporte y de agua potable, con una porción significativa destinada al gasto en electricidad y gas.
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