Una nueva ola de ataques rusos sacudió territorio ucraniano este sábado, con el lanzamiento de cinco misiles y 109 drones que causaron la muerte de dos civiles, entre ellos una niña de nueve años. Las fuerzas de defensa ucranianas lograron neutralizar una parte significativa de los proyectiles, evitando una catástrofe aún mayor.
Según el reporte del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Rusia lanzó dos misiles antiaéreos guiados S-300 desde Kursk y tres misiles guiados Kh-59/69 desde el espacio aéreo de Bélgorod. Además, desde las 19:30 del viernes y durante la madrugada del sábado, se registraron un total de 114 “medios aéreos”, que incluyeron 107 drones, entre aparatos no tripulados de ataque Shahed y réplicas sin carga explosiva para confundir las defensas. Estos fueron lanzados desde diversas direcciones rusas como Milerovo, Shatalovo, Kursk, Primorsko-Ajtarsk, y también desde la península de Crimea, ocupada por Rusia.
La defensa antiaérea ucraniana actuó con celeridad, logrando neutralizar tres de los misiles y 69 de los drones. El comunicado oficial en Telegram indicó que “hasta las 08:30 horas, la defensa antiaérea neutralizó 69 vehículos aéreos no tripulados Shahed enemigos y otros tipos de drones y 3 misiles guiados Kh-59/69 en el este, sur, norte y centro del país“. Se precisó que 39 drones fueron derribados directamente, mientras que otros 30 fueron “suprimidos” mediante guerra electrónica.
Los ataques tuvieron un impacto devastador en varias regiones. Jarkiv, Sumi y Donetsk fueron las principales afectadas, con reportes de impactos en trece localidades. Sin embargo, las víctimas mortales se registraron en Jersón y Zaporiyia. En esta última región, la tragedia golpeó a una familia cuando bombas teleguiadas mataron a una niña de nueve años y dejaron herido a un adolescente de 16 años en una localidad cercana a la línea del frente. En Jersón, por su parte, un hombre de 66 años perdió la vida a raíz de un bombardeo ruso, tal como informó el jefe de la administración regional, Oleksandr Prokudin.
Al otro lado del frente, en la región rusa de Kursk, que limita con Ucrania, el gobernador Alexandr Jinshtein reportó catorce heridos, presuntamente causados por ataques con drones de las fuerzas ucranianas. Según Jinshtein, todos los heridos debieron ser hospitalizados, y uno de ellos se encontraba en estado grave.
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