El Vaticano anunció la revisión y actualización de sus normativas para evaluar la autenticidad de las apariciones marianas y otros eventos sobrenaturales, en vigor desde 1978. Estas regulaciones, que no fueron públicas hasta 2011, serán presentadas en una rueda de prensa el 17 de mayo en la Ciudad del Vaticano.
El propósito es discernir la autenticidad de estas manifestaciones y dar permiso a las devociones relacionadas. La conferencia contará con la presencia del líder del dicasterio y la directora del recién establecido Observatorio Internacional de Apariciones Marianas y Fenómenos Místicos, una entidad creada recientemente por el Vaticano para ofrecer dirección sobre estos temas.
El nuevo documento conservará los estándares tradicionales para evaluar las apariciones, pero delegará más responsabilidad a las conferencias episcopales para reducir la cantidad de casos que llegan al Vaticano.
El obispo de la diócesis tiene la tarea principal de investigar las supuestas apariciones, pudiendo colaborar con la Conferencia Episcopal si lo considera necesario. La intervención del Vaticano se produce solo cuando el obispo o un grupo cualificado de fieles solicitan su asistencia.
El reglamento de 1978 establece directrices detalladas para discernir la autenticidad de las apariciones, resaltando los “criterios negativos” que indican posibles falsificaciones, como errores doctrinales o comportamientos inmorales asociados con el fenómeno.
Además, se evalúan las características personales del o los videntes, como su integridad moral y su relación con la autoridad eclesiástica. Los mensajes supuestamente recibidos deben ser coherentes con la doctrina católica y fomentar resultados espirituales positivos, como la oración, la conversión y la caridad.
El obispo, tras realizar una evaluación minuciosa, decide si aprueba el culto asociado con la aparición. En caso afirmativo, esta aprobación suele ser temporal, con la posibilidad de revocarla si surgen dudas sobre la autenticidad del fenómeno en el futuro.
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