El tremendo testimonio de una mujer que perdió sus estudios con la llegada del Talibán

“Es algo que no puedo expresar con palabras, honestamente”. Así comenzó su testimonio una mujer afgana que vió cómo cambió su vida rotundamente en cuestión de horas, luego de la retirada de las milicias norteamericanas y  la toma del poder del Talibán. En Kabul, la capital, estudiantes universitarias destruyen pruebas de que asistían a las aulas. 

En ese sentido, una joven de la minoría hazara, reveló al medio BBC que no sabe si seguirá viviendo, al mismo tiempo que quedaron lejos sus sueños de profesionalizarse. De esta manera, destacó: “Todo, todo lo que soñé, todo por lo que trabajé, mi dignidad, mi orgullo, incluso mi existencia como mujer, mi vida, todo está en peligro”.

“Quién sabe cuánto tiempo les tomará venir y registrar casa por casa y llevarse a las niñas, probablemente para violarlas. Puede que me suicide cuando vengan a mi casa. He estado hablando con mis amigas, esto es lo que todas, todas, estamos planeando hacer”, confesó con crudeza ante la pérdida casi total de sus derechos. Y añadió trazando un paralelismo con lo que era Afganistán antes de la vuelta del Talibán: “Hace dos meses, mi único objetivo era mi título. Estaba planeando cómo prepararme para el semestre de otoño, qué hacer, qué no hacer, los horarios, tratar de hacer todo bien”.

“Quemé todos mis papeles y documentos universitarios. Quemé todas mis notas de logros y certificados. Lo hice en nuestro balcón. Tengo muchos libros, muchos maravillosos, que estaba leyendo. Los he escondido todos”.

“Desactivé mis cuentas de redes sociales. Me dijeron que era demasiado peligroso tener publicaciones ahí o incluso estar en las redes sociales. Al parecer, los talibanes revisan las publicaciones y nos encuentran a través de ellas”, afirmó. Y concluyó: “Facebook fue el principal problema porque yo estaba activa ahí. Tenía mensajes antiguos que decían que los talibanes no podían hacer nada, que les haríamos frente, que no podrían detener mi derecho a la educación, que no podrían encerrarme en casa. Los llamé terroristas. Seguro eran publicaciones ofensivas para ellos”.