Patricio Pioli, el tatuador condenado por “pornovenganza”, cumplirá su pena en prisión. A menos de una semana de la sentencia, en la que lo enviaron con domiciliaria, la Justicia decidió revocarle el beneficio. De esta manera, el hombre que difundió material íntimo de Paula Sánchez Frega después de la separación irá a la cárcel.
El culpable cumplía en su casa la condena a cinco años de prisión efectiva porque el fallo no estaba firme. Pero la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de La Rioja dejó sin efecto esa medida y ordenó el inmediato traslado del tatuador al Servicio Penitenciario Provincial. La Justicia indicó que efectuó “coacción y lesiones leves calificadas” en contra de su expareja, que logró llevarlo a juicio.
Se trató del primer proceso oral en el país por difusión de material sexual íntimo, tipificado en el Código Penal como “pornovenganza”. El caso fue clave para la Reforma del Código y la inclusión de esta figura como delito informático.
La relación comenzó en 2016, cuando la joven visitó el local en el que trabajaba Pioli. A los dos meses, el tatuador se fue a vivir a la casa de Sánchez Fraga y a seis meses de ese momento, la pareja se rompió. Así fue como el hombre, a modo de venganza difundió material íntimo de la víctima.
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