Desde el Sindicato de Peones de Taxis repudiaron al conductor que agredió a una periodista y tildaron al ataque como “cobarde y desagradable”.
Por medio de un comunicado, señalaron que lo sucedido con “El negro Beatriz” (por su apellido) es un “hecho inaceptable que vulnera el derecho de la compañera periodista de trabajar libre de violencia en su ámbito laboral, que en este caso es la calle”. Y expresaron su solidaridad con Belluati.
“Queremos denunciar que este sujeto impresentable no sólo generó un daño inconmensurable a la Georgina y de manera extensiva a todas las mujeres que ejercen esta labor por la denigración, menosprecio e intimidación que busca causar al colectivo exponiéndose impunemente ante los medios de comunicación- al desnudarse en frente de ella, sino que también opacó la cuestión de fondo de la manifestación taxista frente al Concejo Deliberante de Rosario: la protesta contra el desembarco de UBER”.
La concentración convocada por titulares, a la que el SPT se sumó, tenía como eje central el reclamo al Concejo de medidas claras y efectivas que regulen y prohíban explícitamente el funcionamiento de esta multinacional “para cuidar las fuentes de trabajo de las y de los taxistas”.
Por eso, en la carta los peones lamentan lo ocurrido con “un individuo puntual que no comprende el valor de la organización colectiva ni el rol que la mujer está ocupando hoy en nuestra sociedad”.
“Este accionar se agrava aún más por el hecho de que hoy se conmemora el Día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación, y de que nos encontramos a muy pocos días de haberse efectuado un nuevo paro internacional de mujeres”.
Respecto a la sanción desde el Gremio, pidieron “el máximo peso de la ley contra su persona”, ya que es “un servidor público del sistema de transporte rosarino”, así como “la suspensión de la licencia del violento”.
Por último, aclaron que Beatriz “no es chófer, sino titular de una licencia de taxi”, y solicitaron a Servicios Públicos “realizar tareas conjuntas” para que los trabajadores empiecen a formarse e interiorizarse sobre la problemática de la violencia machista y sus diversas expresiones más allá del ámbito estrictamente laboral, con el objeto de “contribuir a que el transporte local forme parte de la solución y no del problema”.
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