Tras más de 90 días de bajante sostenida y de valores negativos en los niveles hidrométricos, el Instituto Nacional del Agua (INA) informó que este martes podría ser el día en que el Paraná vuelva a marcar una altura de un metro a la altura de los puertos de Rosario y Santa Fe.
Si bien en 2020 los números habían sido críticos, el Paraná alcanzó en junio, julio y agosto de este año la peor bajante de los últimos 70 años. Justamente ayer, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof declaró la Emergencia Hídrica en la zona del Delta del Río Paraná que comprende los partidos de San Nicolás, Ramallo, San Pedro, Baradero, Zárate, Campana, Escobar, Tigre, San Fernando, San Isidro, Vicente López, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Ensenada, La Plata y Quilmes.
Sin embargo, se observa una continua creciente en las últimas dos semanas cuyo origen se debe al incremento de las lluvias en el sur brasilero, lo que permite que se hagan descargas efectuadas desde las represas del Alto Paraná, puntualmente Itaipú y Yaciretá, con volúmenes mayores a las habituales.
Según informaron desde el INA “esto hace que lo que los embalses cuentan con mayor volumen de agua almacenada, lo que permite la recuperación del Paraná en la zona de Rosario y Santa Fe”.
El subgerente de Alerta Hidrológico del el Instituto Nacional del Agua, Juan Borus, confirmó que “hace un mes por lo menos el caudal entrante a territorio argentino está muy condicionado por las descargas de embalses que se están produciendo y ese efecto alcanza a Santa Fe puerto”.
Estos buenos parámetros traerán alivio en la empresa Aguas Santafesinas quien tuvo que incorporar en agosto una nueva bomba centrífuga en su planta potabilizadora Rosario con el objetivo de compensar la pérdida de rendimiento de los equipos existentes por la extraordinaria bajante del Paraná.
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