La bajante del río Paraná se hace cada vez más grande en el último tiempo, afectando a la vida de los peces y la hidrovía Paraná-Paraguay. Según explicó Juan Borus en Rio 96.9, subgerente de información y alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), la situación actual es comparable a la crisis hídrica registrada a fines del invierno de 2022 y 2020.
“Es un impacto esperable que se de, en 2020 tuvimos problemas similares. Es una situación que empezó en el 2019, con una sequía regional importante, abarcando prácticamente todo el continente sudamericano”, explicó Borus.
Además, aclaró que el mayor problema no es sólo la limitación a la navegación fluvial, sino también las tomas de agua en todas las ciudades ribereñas. “Si bien con la experiencia de 2020 se han tomado medidas y hoy estamos mejor, captar agua fluvial desde más abajo es mucho más caro. Y hay problemas de logísticas que hay que atender, porque hay mayor concentración de contaminantes y sedimentos en la zona de captación“, continuó.
Con respecto a la mortandad de los peces en el Rio Paraná, el especialista amplió: “Esto hay que considerarlo en su totalidad. Porque la bajante afecta a todo el proceso biológico de los peces, incluso impacta mucho mas que una crecida. Hay pescadores que están sufriendo ese impacto. Esto que se está dando hoy es un efecto esperable, y lamentablemente no va a ser el único.
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