En el marco del quinto aniversario del asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, Máximo Thomsen, condenado como coautor del homicidio, compartió un mensaje a través de su abogado, Francisco Oneto.
Máximo Thomsen reflexionó sobre el impacto de aquella noche y cuestiona la efectividad de las “condenas ejemplares” como solución a la violencia juvenil.
“Hola, sinceramente en estos días es difícil estar bien, siendo que van a ser cinco años de aquella noche trágica para todos, más que nada levantándose todos los días viendo cómo en los diarios siguen saliendo noticias de peleas afuera de los boliches sin importar todo lo que ha pasado”, expresó en el mensaje enviado por WhatsApp.
El joven también manifestó su frustración al observar que, a pesar de las sentencias dictadas en el caso, la violencia en la sociedad no ha disminuido:
“Es como que uno reflexiona y piensa que, al fin y al cabo, creo que lo que intentaron hacer con nosotros, como una condena ejemplar para que deje de haber violencia en los jóvenes y en la sociedad, no sirvió en lo más mínimo, porque sigue sucediendo y con más frecuencia y es algo que a uno lo lastima más, porque no se encuentra con ninguna solución a este problema social”.
Máximo Thomsen y la vida en prisión y el apoyo familiar
Thomsen también brindó detalles sobre su vida tras las rejas. Comentó que convive con otros detenidos en el mismo pabellón, compartiendo espacios comunes como el patio y las visitas, y que recibe seguimiento psicológico semanalmente.
En cuanto a su entorno afectivo, señaló: “Tengo el acompañamiento de mi familia y mis amigos, en pareja no estoy pero sigo en contacto por el afecto que nos tenemos”.
Cinco años después del crimen de Báez Sosa: cómo viven los rugbiers
Casi cinco años después del brutal asesinato de Báez Sosa, los ocho condenados permanecen detenidos en la alcaidía de Melchor Romero, donde cumplen sus penas en condiciones de estricta vigilancia y aislamiento del resto de la población carcelaria.
Tras ser trasladados desde Dolores en marzo de 2020, los jóvenes mantienen una convivencia sin conflictos importantes, distribuidos en celdas de a dos. Según informaron fuentes penitenciarias, gozan de visitas semanales los días jueves y participan en actividades destinadas a los internos del penal.
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