El avance del mercado gastronómico por Pichincha hacia las cercanías del Bv. Oroño y el río dejó atrás un espacio histórico y de gran potencial para la ciudad. El Viejo Pichincha, ubicado en la zona de la Av. Francia, Rivadavia, Salta y Santiago, recibió el guiño de un nuevo polo que promete darle esa vida que supo tener años atrás, cuando los bares y boliches de todo tipo afloraban.
Con el cambio de cara de un local que ya estaba instalado y la llegada de otro a pocos metros, el objetivo es que más comerciantes tomen coraje y aprovechen un espacio que tiene menores costes que los ubicados en la zona de mayor concentración. El fácil acceso de la avenida, a comparación de Pichincha, vuelven más atractivo al Viejo Pichincha.
Guillermo Puyo, titular de Möns Beer & House Bar, destacó en diálogo con RedBoing: “Es una zona que estaba muerta, donde hay negocios mucho más aislados que no pertenecen a la concentración y están desvinculados del núcleo”. En ese marco, junto a su grupo desembarcaron en el lugar con dos proyectos que quedan en Brown y Francia conjuntamente con una confitería.
A pocas semanas para que Almirante, el nuevo emprendimiento que se instalará en esa esquina, vea la luz, el objetivo es dar “otra vida” al corredor gastronómico, con nuevas propuestas que descompriman los otros espacios y asentar el polo.
“A medida que los comerciantes se animan a quedarse o abrir nuevos negocios, la zona empieza a tomar más vida. Cuando pasa eso llegan más luces y baja la inseguridad. Es todo positivo y por eso desembarcamos”, añadió el empresario.
Cuando se abrió la doble mano de la Av. Carballo, el público que tomaba el Parque Scalabrini Ortíz y Francia se volcó a la costanera. Por ese motivo, la expectativa del nuevo polo gastronómico es redireccionar a la gente nuevamente hacia los bares y restaurantes del lugar.
Los conceptos del Viejo Pichincha son variados y prometen aumentar. La reapertura de Möns le cambió la esencia al bar y la llevó “a un pub urbano que hoy está de moda”. “Tiene música, graffitis, colores psicodélicos y futurismo. Buscamos una onda ‘Bresh’, en donde el resto del público no desentona”, aclaró Puyo.
Por otro lado, adelantó que en Almirante habrá “gastronomía de autor, sushi y cava de vino”. “Calculamos que estará para fines de agosto, principios de septiembre. Estuvimos hablando con el Municipio para dar vida a la vereda de Francia, con una intervención de guirnaldas y luces”.
Pichincha Viejo será uno más de los polos gastronómicos que comienzan a aflorar en la pospandemia y en busca de la reactivación económica de la ciudad. Los rosarinos tendrán cada vez más propuestas para disfrutar de los reencuentros y el tiempo libre.
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