El juez federal Aldo Alurralde habló con el equipo de Antes de Todo y profundizó en los temas donde la Justicia debe mejorar para una mayor aceptación social. Uno de los tópicos más sensibles y cuestionados es la violencia de género y las condenas que se establecen para las causas, sobre esto, el funcionario reveló haber vivido de cerca la triste realidad que enfrentan las mujeres y explicó cómo debería ser el accionar de las fuerzas de seguridad y de la Justicia en estos casos.
“Mi hermana fue víctima de femicidio, la mató su pareja”. Las palabras de Alurralde generaron lo que suelen generar este tipo de revelaciones: silencio. “Conozco el tema en primera persona”, agregó.
Ana María Alurralde, hermana del juez federal, fue hallada muerta en un zanjón en Monte Vera, cerca de Santa Fe, en el año 2019. La mujer, de 59 años, había sido reportada como desaparecida el viernes por su pareja, Daniel Fernández, de 66 años, quien vivía con ella desde hacía 20 años. Sin embargo, las inconsistencias en su declaración hicieron que Fernández fuera demorado por la policía, lo que generó sospechas sobre su implicación en el crimen.
El juez profundizó sobre las distintas etapas de la violencia de género: “El femicidio se caracteriza primero por la violencia verbal, pasa a la violencia física y, luego, se utilizan distintos disparadores: ‘yo soy así porque vos me ponés así’, trasladando culpas o ‘soy así porque te quiero y como te quiero, te controlo‘“.
“Otra característica es el aislamiento, se aísla a la futura víctima de su entorno ‘no tengo nada contra tus amigos o familia, pero avisame así cuando vienen yo me encierro en la pieza hasta que se vayan’, yo te aseguro que esa persona va a invitar una o dos veces a sus familiares y después ya no los va a invitar más por vergüenza”, sentenció. “Es un trabajo fino. Pierden independencia de desplazamiento ‘para qué vas a manejar? yo te llevo’, entonces la agenda del femicida pasa a ser la agenda de la víctima. Hay todo un trabajo de manipulación y luego viene una etapa de arrepentimiento ‘no lo voy a hacer más’, eso se llama etapa de luna de miel, se da cuando la víctima perdona al violento, entonces él se siente más fuerte, recupera la confianza en que la mujer-objeto no se va a ir – porque la toma como un objeto- y vuelve con mayor violencia”, agregó.
La investigación inicial, dirigida por la fiscal Bárbara Ilera, rápidamente dio un giro cuando se descubrieron rastros de sangre que habían sido limpiados en la casa de la pareja. Además, Fernández cambió varias veces su versión de los hechos, lo que reforzó las dudas sobre su historia. La policía también halló el automóvil de la víctima cerca del lugar donde se encontró su cadáver, que presentaba evidentes signos de violencia, como golpes y una bolsa en la cabeza. Esto llevó a la fiscalía a derivar el caso a la fiscal de Homicidios, Ana Laura Gioria, quien ordenó la detención del hombre tras las pruebas encontradas.
El femicida de Ana María fue condenado a prisión perpetua en el año 2021. La pena fue impuesta por un tribunal integrado por los jueces Luis Octavio Silva, Nicolás Falkenberg y Gustavo Urdiales en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos y que se desarrolló en los Tribunales de la capital provincial.
Respecto al accionar policial, Alurralde pidió “por favor que entiendan que la tierra no se traga a la gente”. “Nadie desaparece porque sí. Inmediatamente que se reporta la desaparición de una mujer, no es porque ‘se fue con otro’, no puede una mujer abandonar a sus hijos y familia de un día al otro. A mi me tocó vivirlo en el caso de mi hermana, y yo fui claro desde el primer momento: a ella algo le pasó y esa desaparición no fue normal. El familiar sabe que la persona no va a desaparecer porque la conoce, sabe que algo pasó, hay algo interior que a usted le está diciendo eso. Y cuando una mujer va a denunciar un golpe, no le pueden preguntar ‘y vos qué le hiciste'”, continuó.
“La Justicia tiene las herramientas para actuar de forma inmediata. Si hay un hecho de violencia, inmediatamente hay que excluirlo del hogar y establecer la previsión de acercamiento. Y en la medida en que se de el primer incumplimiento, que vaya preso”, pronunció. Alurralde, además, expresó: “A mi no me tiembla la mano para meter preso a un delincuente o un narcotraficante, esto es temática de Justicia Provincial, no le tiene que temblar la mano al juez para disponer la inmediata prisión del violento. Hay que salvaguardar a la persona”.
Y, con la experiencia personal y laboral que lo acompaña, y con una espalda colmada de sufrimiento por haber vivido en carne propia la pérdida de un ser querido en manos de la violencia machista, reflexionó: “El violento es violento por idiosincrasia y ni hablar de lo deleznable que es en esa situación de supremacía en la que se encuentra en cuanto a la fuerza física solamente respecto de muchas mujeres”.
“Creo que hay muchísimo para mejorar”, analizó, y cerró: “La Justicia tiene que ser un servicio de constante mejora. Yo no estoy conforme, si uno ingresa en el conformismo no va a estar dando respuestas a una sociedad cambiante, que espera más de la justicia. Y la efectividad es lo que le llega a la sociedad. El verdadero destinatario del servicio de Justicia es la sociedad y los jueces actuamos y debemos actuar de cara a la sociedad no de espaldas a ella”.
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