Desde el Gobierno nacional se vine discutiendo desde hace meses un plan para ahorrar gastos. Uno de los puntos a modificar es la asignación de subsidios a la energía. Esto perjudicaría a los hogares de mayores ingresos y levantó discusiones internas entre los miembros del Gabinete.
Los subsidios a la energía han sido los mayores gastos del Gobierno teniendo en cuenta que en junio y julio subieron el doble que en 2020 y prontamente va a llegar a los $ 900.000 millones. Ante este elevado gasto desde el poder Ejecutivo pensando en dividir los subsidios en tres grupos: “acomodados”; “clase media” y “sectores carenciados”.
Según datos dados a conocer el primer grupo representa entre un 10% y 15% de la población que son los de mayor poder adquisitivo y desde 2022 deberían afrontar aumentos superiores al 80%. La segunda categoría es “clase media” que irían pagando aumentos que podrían ir acompañados de la inflación con algún tipo de subsidio. Por último está la “tarifa social” que iría para los hogares carenciados, hoy más del 40% del país, que no registrarían aumentos.
Una fuente oficial le dijo al medio anteriormente citado que “habrá aumentos de tarifas en 2022. Pero la indicación es que no se puedan interpretar como ‘tarifazo’ en los medios. Si llegamos a aplicar las tarifas bien a los sectores pudientes, no debería haber problemas”. “Un error en la quita de un subsidio y la oposición dirá que es ‘tarifazo’. Vamos a ser prudentes para asegurarnos que sea impecable”, agregaron.
Mientras que las tarifas de gas aumentaron un 6% en todo el país, las de distribución eléctrica subieron un 9% en Buenos Aires. El Estado ya paga 7 de cada 10 pesos de las boletas de luz. Las distribuidoras de luz y gas reclamaron aumentos del 50% para este año, que no fueron otorgados.
Por el momento las recomposiciones asignadas hasta ahora solo fueron para las empresas distribuidoras y sus márgenes. Pero los costos siguen escalando y hay un atraso del 80%, como mínimo, según estos especialistas.
Otra posibilidad que manejan desde el Gobierno es la de aumentar las tarifas después de las elecciones aunque es más probable que solo ocurra con el caso de gas. Si no hay aumentos, el 2021 terminaría con una cuenta de subsidios cercana a los 10.000 millones de dólares.
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