De esta forma, según el texto del Decreto, se busca graduar el impacto de la actualización de los montos para asegurar una “necesaria estabilización” y una “adecuada evolución de los precios” en las estaciones de servicio.
“Tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles”, detalló el Gobierno.
A lo largo de 2019 y 2020 la aplicación de estos impuestos ya había tenido varias suspensiones.
En lo que va del año, los combustibles ya tuvieron varios incrementos. El último aumento fue hace tan solo unos días, cuando YPF confirmó una suba de 6% en promedio en el marco de una actualización escalonada del 15 por ciento en total, que se realiza en tres tramos entre los meses de marzo, abril y mayo.
Según datos de este mes del Centro de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), el consumo de combustibles volvió a retomar la senda del crecimiento en el país durante febrero luego de haber caído en enero, pero todavía no se logró volver a los niveles de consumo de la prepandemia. A pesar del salto, los estacioneros son precavidos a la hora de pronosticar el rumbo teniendo en cuenta que el gobierno nacional analiza nuevas medidas restrictivas para frenar la segunda ola del coronavirus.
El informe mensual de Cecha muestra que los volúmenes de venta de combustibles líquidos treparon 3,9% en febrero respecto a enero de este año, en camino a la recuperación que está experimentando el sector luego de haber llegado a contraerse 90% durante la cuarentena más estricta del año pasado.
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