El ministro de Defensa, Luis Petri, firmó este martes una carta de cooperación bilateral con su par danés, Troel Lund Pousen, con el objetivo se encausar la negociación por la compra de 24 aviones F-16. A su vez, la rúbrica permitirá también sentar las bases para proyectos futuros.
Se trata de un paso importante para la Argentina en su relación con los Estados Unidos, que fue el gran impulsor para que se concrete este acuerdo ante el ofrecimiento de la República Popular de China a el ex presidente Alberto Fernández de 34 aviones de guerra JF-17.
Los norteamericanos, a través de los diferentes enviados a la Casa Rosada en las últimas semanas, canalizaron fuertemente este pedido a la gestión mileísta para que acepte la oferta de Dinamarca. De hecho, EE.UU colaboraría con un pequeña suma para la adquisición de los F-16.
Más allá del viraje ideológico marcado con la gran potencia Occidental que fijó Milei desde antes de asumir, la adquisición de estos aviones será fundamental para la restitución en términos de capacidad de la Fuerza Área Argentina.
El territorio argentino es el octavo más extenso del mundo y el Estado nacional no realiza una adquisición de tal magnitud desde hace 30 años, según especificó la cartera que conduce el mendocino Petri.
Si bien el proceso concluirá en años, la administración de Milei volvió a marcar su preferencia por la administración de Joe Biden. El Gobierno argentino recibió, con diferentes anfitriones, al director de la CIA, William Burns, y al secretario de Estado, Antony Blinken.
En los próximos días, se espera la visita de la jefe del Comando Sur, Laura Richardson. De esta manera, se consolidaría este giro diplomático y la Argentina se transformaría en -quizás- el aliado principal en el Cono Sur para los norteamericanos.
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