Para poder explotar a un globo hay que abrazarlo, no golpearlo. Desde esa teoría, distintos candidatos en Santa Fe buscan mostrarse comprensivos del electorado que votó a Milei y esbozan caricias o escenarios hipotéticos en los que lo elegirían para intentar engrosar su performance en las generales de la semana próxima. Mientras tanto, en Rosario hay una campaña competitiva, que ya elevó su tono y hay hasta denuncias cruzadas por materiales presuntamente falsos que pueden aparecer en estos últimos días antes de la veda electoral. Los ojos también están puestos en el resultado de la categoría de diputados provinciales, en donde compiten el gobernador actual, Clara García y Amalia Granata por los 28 escaños que se le otorga a la mayoría.
El efecto de Javier Milei en el electorado nacional obligó a los dirigentes santafesinos a redireccionar sus campañas y sus discursos. Esta semana vimos cómo Maximiliano Pullaro primero, y Omar Perotti después, anticiparon que en caso de que haya un hipotético balotaje entre Milei y el otro de sus rivales, ambos se inclinarían por el excéntrico economista. No es alocado pensar que están detrás de acercarse al ciudadano de a pie que en agosto eligió por La Libertad Avanza, ya sea por convencimiento, por enojo o por descarte.
Los dichos de Pullaro, que votaría a Milei por sobre Massa, fueron reprendidos por la militancia peronista en redes sociales, y hasta incomodaron a un gran sector del armado del frente Unidos en toda la provincia. Sin embargo, a las pocas horas Perotti repitió lo mismo, con la diferencia de si el caso fuera entre Milei y Bullrich en el balotaje de noviembre. Los mismos actores que habían ironizado sobre el ex ministro de Seguridad, se mostraron enojados con el propio gobernador y muchos dirigentes del partido salieron a cruzarlo, hasta el propio Marcelo Lewandowski.
Desde el sector de Pullaro entienden que hubo un voto cruzado importante entre su figura y la de Milei, y que el rival a vencer por Unidos es el perottismo y el rival de JxC a nivel nacional es el kirchnerismo. La decisión de decirlo trajo aparejadas algunas reprimendas internas, pero no pasó a mayores como sí sucedió en el peronismo provincial. Todo vale -o no- en busca de un voto más, especialmente en la categoría de diputados provinciales en donde las encuestas muestran una paridad en la que nadie puede dar por descontada una victoria como así tampoco quedar terceros.
Mientras tanto, apareció un cartel en YouTube en donde se pega a Pullaro con Amalia Granata como su candidata a diputada, cuando su compañera en esa categoría es Clara García. Con la socialista vienen recorriendo medios y territorio por toda la provincia, y entienden que esa gráfica puede ser una estrategia del oficialismo para emparentar al candidato a gobernador más votado con Granata, y así restarle votos a la lista de Unidos. La disputa entre Perotti, García y Granata es la más atractiva, ya que las amplias diferencias en las PASO y en las encuestas en la categoría de gobernador anticipan un camino allanado para Unidos hacia la Casa Gris.
Rosario también está tenso. Juan Monteverde anticipó que van a denunciar en la justicia electoral y públicamente si aparecen materiales de campaña como si fuesen de ellos pero que no lo son. No se sabe de qué cosas habla, porque fue anticipando, pero rápidamente Arriba Rosario, el espacio del intendente Pablo Javkin, emitió un comunicado escueto diciendo que ellos no van a tolerar acusaciones y que, en todo caso, vaya a la justicia. Así se vive, con esa adrenalina, el tramo final de la disputa por la intendencia de Rosario, este pseudo balotaje que no tiene antecedentes en la ciudad y que genera un atractivo especial para todos.
En el camino, Patricia Bullrich buscó un golpe de efecto en su camino hacia octubre y sumó a Carlos Melconián a su campaña como el próximo ministro de Economía en caso de que ella triunfe. No sólo al economista, para invertir los roles y ponerlo a él a discutir en los medios sobre el punto fuerte de Milei, sino también a todo el equipo de trabajo que vienen realizando un plan para el país desde la Fundación Mediterránea. El PRO está convencido que hizo una gran elección, como nunca, en la provincia de Buenos Aires, y que si levanta en Santa Fe, Córdoba y Mendoza se mete en el balotaje.
Para eso buscaron a la figura de Melconián. Un hombre que es bien visto por el establishment, que penetra con su discurso llano y con los pies sobre la tierra en la clase media y en los sectores productivos, y que le da un nuevo aire a Bullrich para salir a competir de cara a octubre. Llega con decenas de técnicos que lo acompañarán como ejecutores y controladores de toda la hipotética gestión, y buscan con él mostrar institucionalidad y políticas “hacibles”, como dijo el propio economista en su presentación.
Massa sigue corriendo detrás de la gestión, del salario real y del dólar, como el único plan para convencer a un electorado cada vez más hostil para el peronismo. La inflación de agosto va a ser lapidaria, aunque están en busca de que no dé por encima de los dos dígitos. El plan de recomposición salarial lanzado queda corto dado el nivel de aumento de precios que vivió el país después de las PASO, aunque le sirvió al actual ministro para salir con un eje comunicacional nuevo, hasta esperado por una gran masa que acompaña al peronismo históricamente. Una de las grandes críticas internas es que los gobernadores no jugaron su partido, y que con ellos trabajando como deberían, el candidato del oficialismo debe crecer y meterse en la final de noviembre.
Milei sacude la estantería, todo el tiempo. Macri fue el primero que se dio cuenta que había que abrazarlo y no atacarlo para poder neutralizar a su figura. El mismo método que ahora quieren replicar en Santa Fe algunos dirigentes para conquistar a parte de su electorado, o al menos salir en busca de eso. Otra alternativa era ignorarlo, ya que un globo abandonado se desinfla solo por el paso del tiempo, pero a los dos sectores hegemónicos les convino tenerlo como protagonista. Ellos mismos se encargaron de inflarlo y mantenerlo activo.
La semana que viene hay elecciones nuevamente. Se definen las 5 categorías locales e iniciaremos el proceso de transición, en medio de una de las crisis más profundas de los últimos 30 años. Se vienen tiempos complejos, tormentosos, y la incertidumbre reina en una ciudadanía golpeada por la falta de futuro, el derrumbe del poder adquisitivo y la degradación de los lazos sociales. “La gente está re caliente”, se repite en los café y en los pasillos del poder. Y no es para menos.
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