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Opinión

El gabinete, el decante y los culpables

pullaro
Foto: Farid Dumat Kelzi

El frente de Unidos para Cambiar Santa Fe acomoda sus piezas tras los triunfos en las 5 categorías. Hay diálogo fluido entre Javkin y Pullaro para elegir algunos nombres para los gabinetes, y establecen criterios propios para el armado de sus equipos. En la gobernación piensan en un sistema “a lo Lifschitz”, empoderando a cada ministro con el armado de su cartera, mientras que en el municipio buscan un cambio de aire para el segundo mandato con perfiles jóvenes, con vuelo político y muchas más vocerías contrapuestas a la omnipresencia que tuvo hasta acá el intendente. El peronismo intenta reacomodarse pensando en la coyuntura nacional como prueba piloto para la aparición de nuevos liderazgos a futuro.

La idea de Pullaro está clara. Le ha pedido a muchos integrantes de su equipo de trabajo que tienen cargos legislativos electos que lo acompañen en la gestión. Es el caso de Felipe Michlig, que probablemente sea el Ministro de Gobierno, o el de Lisandro Enrico, a quien lo piensa como un super ministro de Seguridad y Justicia, aunque el mismo senador pone en duda su participación porque vive en Venado Tuerto y debería mudarse con toda su familia a Rosario o Santa Fe por las necesidades que requiere ese cargo.

Otros de su seno íntimo, que ya han trabajado con él en el poder ejecutivo anterior, están en la mira. Pablo Coccocioni pica en punta si Enrico no se hace cargo de la super cartera para conducir los hilos de la Seguridad. Es el cuadro en el que más confía Pullaro y está dispuesto a asumir el compromiso. Jorge Álvarez es otro nombre del armado del NEO que va a tener protagonismo: fue ministro de Desarrollo del 2015 al 2019 y ahora piensan en una conjunción de los ministerios de Producción e Infraestructura para el desarrollo de un plan ambicioso de obras en todo el territorio provincial.

Más allá de la rosca, que existe, aunque quieran bajarle el precio y negarla, no hay mayores definiciones sobre los ministerios que obtendrían los aliados en el frente Unidos, aunque el mensaje que bajó Pullaro es que no piensa en un gobierno loteado, al menos en las áreas centrales de la gestión. Resta definir si Salud es para el socialismo, o Desarrollo Social o Cultura, qué área le toca al PRO y cómo se distribuye en la atomización que tiene el partido, y muchas secretarías que están solicitando algunas facciones más pequeñas como Deportes o Turismo.

Javkin espera algunas definiciones “arriba” para poder desentramar los nombres que lo pueden acompañar en la próxima gestión. Desde la mirada del líder del partido CREO, el próximo 10 de diciembre arranca un nuevo gobierno, ahora de Unidos para Cambiar Santa Fe, y eso implica abrir el gabinete a nuevos actores. Pero, además, piensa en una nueva lógica política y comunicacional para su próximo equipo. Más partidos, pero también nombres con vuelo político propio, jóvenes y, sobre todo, muchos más voceros que puedan hablarle a la prensa y a la ciudadanía sobre la gestión, brindar explicaciones sobre alguna crisis o explicar un plan nuevo para alguna de las áreas.

La omnipresencia con la que gobernó Javkin estos primeros cuatro años quiere dejarla atrás porque se vienen nuevos tiempos políticos y sabe que, a futuro, si quiere tener vuelo provincial dentro de cuatro años, debe tener la casa ordenada con nuevos liderazgos fuertes. Uno de los nombres que parece que tendrá mayor protagonismo -como lo tuvo en la campaña- es Sebastián Chale. También piensan en figuras fuertes de las otras fuerzas como Gabriel Chumpitaz para que integre el gabinete desde algún lugar vinculado a la Seguridad, para articular con el gobierno provincial y las fuerzas nacionales. El socialismo también tendría su protagonismo recuperando la cartera de Salud, tras la salida anticipada de Leonardo Caruana por el cambio de color político que eligió.

pablo javkin
Foto: Farid Dumat Kelzi

Queda un mes para las elecciones presidenciales y un poco menos de tres meses para los cambios de mandos. No se puede evitar hablar de algo que en el día a día de la política local está sucediendo.

Mientras tanto, el peronismo busca encontrar un rumbo tras la derrota estrepitosa del pasado domingo. Las heridas aún están abiertas, las responsabilidades repartidas y el futuro sin marcar. Con la mira puesta en el próximo 22 de octubre, cuando el país elija al próximo presidente o decida que haya un balotaje, el Movimiento Evita, el rossismo, el perottismo, La Cámpora y Ciudad Futura se vieron las caras en un plenario en la mañana del sábado. Presentes estuvieron en el D7 por la mañana, entre otros, Eduardo Toniolli y Lucila de Ponti, el presidente del bloque de Diputados de la Nación Germán Martínez, Caren Tepp y Juan Monteverde, Marina Magnani, Carlos del Frade, Fernando Rey, y sindicalistas de la educación como Martín Lucero y Sonia Alesso.

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Por la tarde, sin el monteverdismo, hubo otro encuentro para definir cuestiones vinculadas al partido en sí mismo -el año que viene hay elecciones- y el rumbo para volver a articular todas las voluntades. Todos los cañones apuntan contra Omar Perotti, como el responsable de no haber podido conducir a una mesa amplia y heterogénea del peronismo que lo llevó al poder en el 2019. Sin embargo, muchos jóvenes también pidieron autocríticas a los líderes de cada espacio, remarcando los errores del cierre de listas y la campaña, más allá de los cuatro años de gobierno provincial.

Esta semana, jóvenes del peronismo buscan armar una mesa de coordinación de los menores de cuarenta años, con Julia Irigoitia y Mariano Romero como referentes -ambos concejales desde el 10 de diciembre. Desde ese espacio, tienen la idea de convocar a todos los grupos del peronismo de la ciudad y coordinar acciones concretas para empezar a entablar un diálogo fluído y dejar atrás las viejas rencillas de sus líderes. El miércoles está convocado el encuentro en el que se verán las caras jóvenes del perottismo, del Movimiento Evita, de La Cámpora, del QTP, de La Corriente, de algunos gremios y otros grupos que estén diseminados por el territorio.

Ha pasado la primera semana después de las generales provinciales. El resultado fue lógico, o al menos esperable, en las cinco categorías, pero no hizo más que confirmar alianzas y poner mas ruido en otras. Al radicalismo se le presenta la oportunidad histórica de gobernar con la suma del poder público y aliados estratégicos para llevar adelante una buena gestión en la provincia, a Javkin le llegaron herramientas para darle volumen político a su gestión pensando en su futuro mediato, y el peronismo debe sortear la crisis y esperar el resultado electoral nacional para saber qué rol le tocará asumir a partir del 10 de diciembre.

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