Tras la octava revisión del acuerdo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró sus proyecciones de inflación para Argentina. Según el informe, el organismo destacó la “implementación decisiva del plan de estabilización, centrado en un fuerte ancla fiscal sin nuevo financiamiento monetario y correcciones de precios relativos”, porque ha llevado a “superávits fiscales”.
El FMI señala logros significativos como un incremento notable en las reservas, una desinflación más rápida de lo anticipado, y mejoras en el balance del Banco Central junto con reducciones en los diferenciales de deuda soberana que alcanzan mínimos de varios años.
Sin embargo, subraya que persisten desequilibrios macroeconómicos y obstáculos al crecimiento, lo cual plantea un prolongado y desafiante proceso de ajuste. El informe menciona la necesidad de evolucionar las políticas para capitalizar los avances logrados y respaldar una recuperación económica.
El FMI reconoce los esfuerzos del Gobierno por obtener respaldo político y social para las reformas, así como por incrementar la asistencia social para “proteger a los más vulnerables y garantizar que la carga del ajuste no recaiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras”.
Asimismo, remarcó que los retrasos en la aprobación de la Ley Bases en el Congreso provocaron “cierta volatilidad en el mercado”.
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