La interna del frente Unidos para Cambiar Santa Fe estalló por los aires. Carolina Losada emitió una serie de denuncias por “campaña sucia” en su contra en las redes sociales y lo acusó a Maximiliano Pullaro de cosas graves. Los propios están encendidos con los hechos y los ajenos dentro del espacio están intentando calmar las aguas para que no repercuta la disputa de cara a las generales. No arrancó aún la campaña formal hacia las primarias y ya hay tensión en el ambiente.
La sensación es que no hay regreso después de las cosas que sucedieron. Todo es posible en la política, pero cuando se atraviesan ciertos límites los argumentos a futuro se acaban para pensar en una convivencia sana de cara a la conducción de la Casa Gris santafesina. La senadora nacional asegura que hay una viralización paga de una serie de cuentas con videos en donde se magnifican intencionalmente algunas cuestiones personales de ella. Además, puso en duda el origen del financiamiento de tanto dinero invertido en su contra y tomó la decisión de dinamitar el acuerdo del frente de frentes.
Esos videos, de periodistas hablando de que ella vive en Buenos Aires o que tiene contratada a su hermana en el Senado de la Nación, aparecen en Instagram, Youtube y otras plataformas, además de las diferencias en el pasado con su compañero Angelini.
A partir de esa estrategia que tomó el equipo de Pullaro, pegar pero en off, a la línea de flotación y sin que el candidato tenga que exponerse, hizo enojar a Losada. A esos mensajes sin emisor, ella decidió devolver con su cara en los medios porteños con munición gruesa: lo acusó de tener vínculo con el narcotráfico, de haber fracasado en el pasado y de tener ataduras con sectores oscuros del poder santafesino. Pum.
La interna es atractiva de por sí. Se entiende que puede ser pareja en las urnas, son dos candidatos bien distintos con una estructura grande detrás y, con el peronismo debilitado, la voluntad de poder está al alcance de la mano. Desde el pullarismo esperaban una campaña fuerte, pero no que atraviese los límites que se penetraron, y el desconcierto fue grande al verla a Losada mostrando los dientes en los canales de CABA.
La otra jugadora de esa interna, Mónica Fein, se mantiene al margen y ve sin hacer referencias discursivas cómo se pelean sus rivales. Más allá de que a ella cuanto más se limen más crece, también al socialismo le preocupa la beligerancia con la que comenzó la campaña porque esto puede hacer irremontable la convivencia de todo el espacio de cara a las generales. Que se conforme una grieta entre Losada y Pullaro pone en jaque la armonía de los 11 partidos que tomaron la decisión hace muy poco de ir a una gran PASO opositora para enfrentar al peronismo en la provincia.
El ataque de Losada a Pullaro no fue respondido por él. Es cierto que los offs existen, que el trabajo del exministro es por lo bajo, y tomó la decisión una y otra vez de no enfrentarla en la pública. Hay algunas máximas de la comunicación política que indican que no hay que pegar si vas ganando, pero Losada trabaja con un consultor que rompe todas las reglas establecidas y cree que hay que maximizar las diferencias para destacarte en el proceso hacia los comicios. La población está completamente desentendida de lo que sucede en la burbuja de la política, y es por eso que sacudir el avispero es la única manera de que te presten atención al menos por un rato.
Desde el pullarismo creen también estar arriba en las encuestas y por eso no quieren salir a dar la batalla, al menos hasta la recta final de la campaña según cómo estén los números que ellos manejan. Sin embargo, las acusaciones son muy graves como para mantener un silencio de examen. Ante semejante ofensiva, algo tiene que haber más allá de las charlas en privado con los actores de los medios y el poder. La expectativa, nuevamente, se posa en esta interna entre dos radicales que se siguen llevando todas las luces de la campaña.
En medio del vendaval, Patricia Bullrich hizo un video apoyando a Losada y a Angelini, presidente del PRO que la reemplazó, en la provincia. Una muestra de apoyo de la precandidata a presidenta que enfrenta a Rodríguez Larreta, quien le da su apoyo a Pullaro.
La danza explosiva tuvo un nuevo capítulo cuando todo parecía calmarse sobre el fin de semana. Reapareció Lilita Carrió contra Pullaro: lo denunció en la justicia “por no haber denunciado a un policía que luego terminó condenado por narcotráfico”. La misma que no quiso conformar el frente de frentes en Santa Fe porque, según ella, había dirigentes con vínculos con el narcotráfico, ahora toma la ofensiva en los tribunales. Éramos pocos y volvió la titular de la Coalición Cívica, quien tiene de precandidato a gobernador a un Maradona.
El equipo de Losada ya presentó en la justicia los papeles para que bajen los videos en su contra de Google y de Meta. Las respuestas públicas de Pullaro fueron a través de sus equipos en redes sociales y no más que eso, por el momento. Las campañas de ambos continúan en los territorios como si nada sucediera, y el impacto en el electorado, ávido de buenas noticias y de soluciones para la seguridad y la inflación, es menor por el momento.
Los caminos parecen haberse convertido en paralelos para siempre, y los líderes radicales con recorrido intentan calmar las aguas, pero fracasaron hasta el momento. “Que se pegue, pero arriba del cinturón”, es el pedido de todos los que pretenden apagar el fuego con un sifón de soda. Mientras, el juez arriba del ring le va descontando puntos a los dos.
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