Una escucha judicial dejó al desnudo la coima que habían cobrado dos policías a uno de los líderes de Los Monos, actualmente detenido. Se trata de Jonatan Almada, uno de los administradores del negocio narco en barrio Ludueña y referente de la célula que el clan Cantero tiene en la zona oeste de la ciudad. Los efectivos fueron detenidos en la noche del lunes por la Agencia de Control Policial y en las próximas horas serán acusados de cohecho.
La pesquisa que terminó con los policías presos había comenzado hace dos meses: el MPA avanzaba con la investigación judicial contra una banda que venía sembrando violencia en el barrio Ludueña y en ese marco Fiscalía asignó una lista de domicilios a seguir.
“Se iban a realizar casi 60 allanamientos y entonces nos teníamos que organizar. Los jefes policiales supieron las direcciones en las que íbamos a irrumpir y teníamos que repartir objetivos, con mucho sigilo. Casualmente, personal del Comando Radioléctrico se estaciona delante de una de las casas que iba a ser allanada y con una camioneta policial sigue a las dos personas que salen de ese domicilio. Eran Jonatan Almada y su novia”, confió este martes una fuente de la investigación a RedBoing.
El operativo que se finalmente se concretaría el 22 de agosto tenía previsto llenar el barrio de tropas de elite para hacer 57 allanamientos coordinados con la justicia federal y producir masivas detenciones. El objetivo era desarticular una célula de Los Monos comandada por Mauro Gerez, en la que Almada tenía un rol destacado.
Las detenciones finalmente se consiguieron y la organización llegó a ser imputada por tentativas de homicidio, extorsiones, balaceras y tráfico de drogas al menudeo, con un inmenso movimiento económico que quedó a la vista por haber encontrado los cuadernos con la recaudación de cada búnker. Pero ese 22 de agosto, Jona y su novia habían conseguido escapar: se mantuvieron prófugos durante dos días, hasta que cayeron en pleno centro. ¿Cuál fue el error que habían cometido para ser encontrados? Habían pedido por teléfono una hamburguesa en un local de comidas en Entre Ríos y Zeballos, a media cuadra de donde estaban escondidos. La línea de la joven pareja del narco estaba intervenida, pero ella no lo sabía.
Increíblemente, fue también su teléfono el que hizo caer a los dos policías que serán acusados por cobrar coimas. Es que aquella vez en la que la camioneta del Comando se había parado delante de la casa de “Jona” y su novia, este había sido el diálogo: “Nosotros sabemos quién sos y nuestro jefe quiere tu cabeza. Pero bueno, somos hombres de negocios y si vos querés podemos arreglar para que no te pase nada”. Por diez mil pesos, los efectivos habían acordado protección para quienes debían ser allanados unos días después.
“A la escena pudimos reconstruirla porque al día siguiente, la novia de ‘Jona’ llama a un abogado y le cuenta la situación. ‘Mire doctor, nos persiguió la policía y tuvimos que darle plata’, dijo ella. Cuando tuvimos el dato de esa escucha, activamos una búsqueda y chequeamos los GPS del vehículo policial y el nombre de los agentes. Encima, cuando los detuvieron anoche, se les encontró a los mismos dos policías armas no reglamentarias. El dato de calle es que son utilizadas para plantársela a alguien cuando lo van a detener, o acusarlo con eso y sacarle plata para no hacer la detención”, deslizó la misma fuente a la que accedió RedBoing.
Los policías son Jorge César R. y Ricardo Jorge P, los dos pertenecientes al Comando Radioeléctrico. Desde la Agencia de Control Policial, que produjo las detenciones de los uniformados, se informó que fueron separados de sus funciones y anticiparon que el fiscal Pablo Socca avanzará con la investigación para determinar si actuaron de manera aislada cobrando una coima a integrantes de Los Monos o si había una estructura por encima de ellos.
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