El arquitecto Joaquín Pérez murió en la noche de este martes a causa de disparos de dos armas de fuego distintas. Los proyectiles fueron efectuados desde una pistola calibre 40, el cual le perforó el pecho, y desde una calibre 38, que fue a parar a su región inguinal.
En este marco, el arma de mayor calibre fue hallada en el Renault Clío que le robaron al joven de 34 años esa noche. El descubrimiento se dio horas más tarde en Flynn y Olive, con el vehículo con el motor en marcha y las llaves puestas. En ese sentido, trascendió que por medio de la numeración visible se pudo determinar que el titular estaba domiciliado en el departamento Iriondo y que murió en 2016. Esta habría sido robada años atrás en un hecho que el hombre no denunció.
Esa noche del martes, el muchacho, padre de una nena de 2 años, corrió herido unos 70 metros hasta la puerta de su casa, donde fue asistido por su esposa y vecinos. La ambulancia demoró unos 13 minutos en arribar, ya que tenía rota la bomba de gasoil y no podía superar los 45 km/h.
“Nosotros, los trabajadores del SIES de la municipalidad de Rosario nos solidarizamos con familiares y amigos de Joaquín, asesinado en la noche del 19 de octubre. Hace meses que reclamamos móviles aptos para trabajar y poder dar respuesta a la ciudadanía”, expresaron mediante una carta.
Y continuaron: “Solicitamos que se verifique el horario de ingreso de la llamada al 107 para su atención, así como el tiempo de respuesta del coche asignado, lo cual se controla por GPS. Con los escasos recursos siempre tratamos de dar lo mejor. Somos parte de esta ciudad y la inseguridad también nos toca”.
Las Vecinales Rosarinas Unidas por la Seguridad se movilizaron este jueves en honor a Joaquín. Minutos después del horario de la convocatoria, cientos de personas se reunieron en una de las arterias más importantes que tiene la zona norte de la ciudad. Allí, la consigna de quienes se acercaron fue una sola: Justicia por Joaquín. Los vecinos que se hicieron presentes en el lugar lo hicieron con banderas y carteles exigiendo una solución a la problemática planteada.
Desde la manifestación, uno de los asistentes expresó: “Nuestro vecindario tiene que tener mayor seguridad, mayor confianza para poder hacer nuestra vida cotidiana. Arroyito es un barrio sencillo, de clase trabajadora. Queremos tener una buena calidad de vida. Nos encontramos a diario con robos, violencia, amenazas y demás incidentes”.
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