Sucedió en la ciudad colombiana de Tolima, donde un hombre ingresó a un sexshop y distrajo a la vendedora para robarse un consolador. El asaltante le pidió otro producto a la empleada y aprovechó que esta se dio vuelta para escapar rápidamente, pero quedó escrachado.
El atacante fue por un consolador o juguete erótico que hurtó en un abrir y cerrar de ojos de la citada boutique repleta de objetos de estimulación. Sin embargo, su robo no fue perfecto ya que quedó tomado por las cámaras de seguridad.
Previamente, para despistar a la vendedora le pidió que le mostrara otro objeto sexual y cuando la empleada se volteó el hombre tomó el consolador y corrió a la puerta para salir a la calle sin soltar el casco de sus manos.
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