Darío Sztajnszrajber es el filósofo del momento. Mientras miraba el desembarco de Lionel Messi en París, el escritor conversó con “Boing y sus Secuaces” sobre su presente, las formas de ver el mundo y cómo vive las clases virtuales.
“Estoy muy agradecido y sorprendido por el cariño de la gente. Los que estudiamos Filosofía, Letras o Sociología no esperamos que lo que estudiamos se vuelva masivo. Que le guste a mucha gente algo que nunca había tenido tanta trascendencia es increíble”, comenzó.
En la misma línea, indicó que “siempre” creyó que se iba a dedicar “a otra cosa” porque se “formó” para ejercer la docencia. “Creí que laboralmente iba a empezar y terminar ahí. La explosión me colocó en otro lugar y lo llevo muy bien, estoy feliz. Esto es un regalo”, continuó en diálogo con Nacho Moyano, Ale Arribillaga y Giuli Nardone.
Al ser consultado sobre una anécdota, reveló: “Me ha pasado de terminar un show y encontrarme a una persona llorando en una mesa. Cuando le pregunté que pasaba, contó que por el espectáculo su pareja la dejó”.
“La docencia es una forma de emancipación. Nunca le tuve bronca a los docentes que no supieron pronunciar mi nombre. Lo que sí me molesta es el ensañamiento, cuando jodían más de tres veces con eso”, expresó el pensador de 53 años. Y agregó: “Al apellido lo padece más el que se llama González con S que yo”.
Por último, fue sometido al ping pong ideado por Fede Ludmer y no dudó en elegir a Jaques Derrida como su filósofo favorito. “Entre Fito, Spinetta o Baglietto me quedo con el Flaco. Prefiero el teatro antes que el cine y Messi por sobre Maradona, por el llanto del otro día”, señaló.
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