Un estadounidense acudió a la guardia de un hospital por una fuerte tos continua que no cesaba. Con el pensamiento de tener coronavirus o cualquier otra afección respiratoria, el diagnostico terminó siendo realmente insólito, tanto para el paciente como para los doctores que lo revisaron.
“Estaba tosiendo tan fuerte que me empezaba a doler la espalda”, describió al medio local Joey Lykins. “Sentí que algo estaba bloqueando mis vías respiratorias y pensé que estaba enfermo”. Inicialmente pensando que tenía “neumonía”, Lykins se presentó en el hospital de Ohio para que lo examinaran.
El estadounidense fanático de los piercings, sorprendió a los médicos de guardia que descubrieron la razón detrás de su repentino problema respiratorio: encastrado en su pulmón izquierdo, encontraron el piercing nasal que perdió hace cinco años.
Las radiografías revelaron que el aro estaba, inexplicablemente, alojado en el lóbulo superior de su pulmón izquierdo. “El médico entró y me mostró la imagen de rayos X y dijo: ‘¿Esto te parece familiar?'”, recordó con asombro. “Yo estaba como, ‘¡Tienes que estar bromeando! He estado buscando eso’“, agregó Joey.
“El médico dijo que había ganado el ‘mejor caso de la noche’“, contó Lykins a Kennedy News sobre la insólita experiencia que llamó la atención de los medios estadounidenses y llegó a la prensa internacional. “Nunca había oído que esto sucediera antes”.
La cuestión de Lykins comenzó hace cinco años, después de que se despertara un día sin su piercing nasal. “Me desperté y mi perforación del tabique ya no estaba, y no pude encontrarla en ningún lado”, describió. “Pensé que tal vez me lo había tragado. Miré por todas partes. Volteé la cama. Hice todo”.
Con más de 12 perforaciones en su cuerpo, Joey explica que tosía con frecuencia pero sin darle mucha importancia y, agregó que estaba contento de que, por fortuna, el aro no le perforó el pulmón.
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