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Argentina

Crece la preocupación en el Servicio Penitenciario por el estado psicológico de los rugbiers

Los condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa siguen dando que hablar. Una gran preocupación se generó entre las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense por el estado de salud que atraviesan los ocho rugbiers, luego de que se conociera que padecen una depresión que podría llevarlos a tomar una drástica decisión.

“Los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen. Hay temor de que alguno pueda suicidarse”, afirmó una fuente a la agencia Noticias Argentinas.

Desde que fueron detenidos por el asesinato de Báez Sosa hasta la actualidad “jamás se pelearon a golpes de puño”, porque los guardias los tenían “bien custodiados”.

Los ocho rugbiers estuvieron todo este tiempo en la alcaidía de Melchor Romero, pero entre el 1 de enero y el 6 de febrero fueron alojados solos en un penal de Dolores por el juicio que se llevó a cabo y por el que le dieron una pena de prisión perpetua a Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli, mientras que recibieron 15 años por ser partícipes secundarios Ayrton Viollaz, BLas Cinalli y Lucas Pertossi.

Ya de vuelta en Melchor Romero y a la espera del traslado a un penal para cumplir la condena la preocupación del SPB crece y mucho por la situación emocional de los ocho.

 

De hecho, más allá de las penas que recibieron, un golpe duro que sufrieron fue el secuestro de los dos teléfonos celulares a Comelli y Cinalli, porque se descubrió que usaban redes sociales, algo que está prohibido dentro de la cárcel, porque solo se pueden hacer llamadas a familiares y allegados.

De hecho, Thomsen es el que más afectado está y requirió varias veces asistencia psicológica, lo mismo que Comelli. También solicitaron que les llevaran biblias y pidieron que un pastor evangélico los visitara dentro de la alcaidía.

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