Familiares, amigos y compañeros de trabajo despidieron este miércoles al segundo comandante de Gendarmería Nacional, Gustavo Elorrieta. El gendarme había sido drogado y asesinado a golpes en Roldán el pasado 10 de julio. El funeral fue protagonizado en el Cementerio de la Misericordia, ubicado en Monte Caseros, lugar de donde era oriundo Elorrieta.
En una ceremonia en la que estuvo el sacerdote Diego Villalba, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Misericordia de Monte Carlos, la guardia de Gendarmería lo despidió con honores y palabras emotivas.
“Familia y camaradas, me cabe el triste honor de dar el último adiós en nombre de Gendarmería Nacional a los restos mortales de quien en vida fuera el segundo comandante Gustavo Alberto Elorrieta”, expresó conmovido Villalba.
“Sin lugar a dudas, toda despedida es un hecho que entristece no solo a su familia, sino que también a quienes han compartido una vida profesional como camaradas superiores y subalternas”, continuó, haciendo alusión a cercanos del gendarme.
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