El Banco Central se encuentra con una sobre oferta de billetes de $100, con los que intenta cubrir las necesidades del mercado, mientras avanza a paso más que lento la impresión de $500 y $1.000. El nuevo límite de extracción informal es de $4.000 pesos, sencillamente porque sus cajeros no pueden entregar más de 40 billetes en cada operación.
Esto, está lejos de ser un techo normativo o una prohibición a sacar más dinero en papel, pero es una dificultad muy real. Por eso, para retirar la totalidad del tope diario que les permiten sus bancos, muchos clientes se ven obligados a sacar varias veces de a $4.000 para alcanzar el monto deseado.
En las últimas semanas, los bancos se han visto obligados a llenar los cajeros con algunos de los 2.703 millones de billetes de 100 pesos que circulan en el país en sus tres variantes: con la imagen de Julio Roca, la de Eva Perón o de la taruca, de la línea de animales autóctonos.
Trasladar el dinero en efectivo y llenar los cajeros automáticos tienen costos importantes para los bancos. Por ello, es mucho más redituable llenarlos con billetes de $1.000 o $500 que hacerlo con los de $100. Y ahí comenzó el conflicto: los bancos piden únicamente billetes “grandes” para optimizar el abastecimiento de los cajeros pero el Banco Central no puede desaprovechar nada porque la producción de billetes desde Casa de la Moneda (incluyendo su exportación) no ofrece certezas. Por eso, el BCRA no solo les retacea a los bancos esos billetes de $1.000 o $500 sino que además no acepta que los bancos le devuelvan aquellos billetes que le sobran que, en general, son de 100 pesos.
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