La espiral inflacionaria que atraviesa la Argentina y la demora en la actualización de las prestaciones médicas por parte de las obras sociales y prepagas para los médicos, tuvieron como corolario la aparición de cobros de “pluses” por parte de los profesionales a los pacientes. A pesar de estar prohibido por la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación, la práctica se ha ido multiplicando en los últimos meses y ha llevado a varias denuncias por ello.
Rodrigo Sánchez Almeyra, presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Rosario, afirmó en diálogo con Gabriel Pennise que “era una situación que desgraciadamente iba a ocurrir, porque se estaba anunciando desde hace tiempo”. “El sistema sanitario hubo un retraso en el precio de la consulta en los últimos años y llegó a tener niveles extremadamente bajos, en dólares probablemente la más baja de América Latina, y era obvio que las asociaciones iban a reaccionar de esta manera en este contexto casi hiperinflacionario”, dijo en Antes de Todo.
En la actualidad, una consulta médica está nominada entre $1800 y $3000, dependiendo el financiador. “Pero a eso hay que agregarle el tiempo que se demora en pagar, que son entre 60 y 90 días de producida la prestación. Además, los costos que se generan por el consultorio. Eso hace que lo percibido se reduzca a $1200”, añadió.
Para el representante de la Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Rosario, con esa situación “pierden el médico y el paciente”, ya que “se afecta el sistema”. “En algunas provincias los sanatorios también están cobrando adicionales. Eso es porque hemos llegado por escándalo y por las devaluaciones, a estas situaciones”, apuntó. Y concluyó: “Hemos suspendido cirugías programadas por la no llegada de prótesis”.
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