La candidata oficialista Claudia Sheinbaum se convirtió el domingo en la primera mujer presidenta de México tras ganar las elecciones con una amplia mayoría y prometió gobernar para todos los mexicanos sin importar su color político.
La ex alcaldesa de la emblemática Ciudad de México obtuvo entre el 58.3% y el 60.7% de los votos, según un conteo rápido del árbitro electoral. Xóchitl Gálvez, abanderada de una coalición integrada por el otrora hegemónico PRI, el derechista PAN y el izquierdista PRD, sumó entre el 26.6% y el 28.6% de los sufragios.
“Aunque muchos mexicanos no coincidan con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz para construir un México más próspero”, dijo Sheinbaum la madrugada del lunes en su primer discurso tras conocer los resultados.
El partido oficialista Morena y sus aliados alcanzaron la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y, según las cifras oficiales, podrían hacer lo propio en la Cámara de Senadores, lo que les permitiría realizar cambios a la Constitución, algunos propuestos por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum, una científica de 61 años, prometió continuar el legado del nacionalista de izquierda López Obrador, aunque con ligeros ajustes para mitigar la violencia ligada al crimen organizado, reducir la deuda pública, estimular la economía, impulsar las energías renovables y atajar la corrupción.
“Es el reconocimiento de México a nuestro proyecto de nación”, agregó Sheinbaum ante sus simpatizantes tras asegurar que logró una ventaja de 30 puntos porcentuales, la misma que obtuvo López Obrador cuando ganó en 2018, convirtiéndose entonces en el triunfo presidencial más holgado desde 1985.
Poco después, Gálvez concedió la victoria a su rival política y dijo que se comunicó con ella por teléfono y le dijo que había visto un país sacudido por la violencia. Además, afirmó que, tras el calor de las campañas presidenciales, es hora de unir esfuerzos por el país.
La jornada, en la que se disputaron más de 20,000 cargos públicos, se llevó a cabo bajo la sombra de la violencia que dejó un récord de casi 40 aspirantes asesinados, avivando preocupaciones sobre la democracia en el país.
Morena también se impuso en la populosa Ciudad de México, al coronar a su candidata Clara Brugada, según el conteo rápido del árbitro electoral. La ciudad fue gobernada por la izquierda desde 1997 -cuando se empezó a elegir a su alcalde- y el partido usó a la capital como trampolín para las presidenciales.
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