Consumada la iniciativa del gobierno provincial de iniciar un proceso para lograr las autonomías de los municipios, en la ciudad de Rosario el espacio de Ciudad Futura propone avanzar por ordenanza al menos en los temas vinculados a la organización política e institucional. Sin tocar los temas impositivos o de seguridad, pretenden abordar los ejes de la gestión y de las elecciones.
Con el modelo de la ciudad de Córdoba como guía, desde el grupo político que conduce Juan Monteverde quieren reflotar la Comisión de Autonomía del Concejo, que hace muchos años que está fuera de uso. En su momento se creó con la visión de empezar a preparar el escenario para cuando se aplique la autonomía, pero se fue diluyendo con la dilatación de los tiempos de la reforma de la Constitución y la falta de acuerdo para que avance por ley provincial.
Desde Ciudad Futura están convencidos de que se puede avanzar por ordenanza, al menos en los ejes vinculados a la organización del Estado y las disposiciones políticas electorales, ya que para que no se le permita a la ciudad debería accionar legalmente un Estado superior o un espacio político, e inclusive en ese caso estaríamos amparados por la Constitución nacional, que con la reforma del 94 establece la autonomía de los municipios.
La Constitución Nacional, tras su reforma del 1994, en su Artículo 123, determina la autonomía de los municipios y le pide a las provincias que actualicen su Carta Magna. “Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el artículo 5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero”, reza.
Propuestas
Los cambios propuestos desde Ciudad Futura son diversos, y están dispuestos a negociarlos. Por ordenanza, lo primero que crea es la figura del vice intendente, para darle volumen político a los acuerdos de gobierno. Es un cargo que podría funcionar en la articulación de la gestión, estar al servicio del intendente para diversas tareas y sumaría una figura más a la elección, como funciona en las gobernaciones.
Acompañado de esta decisión, proponen que el Concejo renueve la totalidad de sus bancas cada cuatro años, y en la misma elección que se dirime el intendente y el vice intendente. Con eso, buscan evitar que cada dos años haya procesos electorales locales y se eviten las especulaciones en medio de la gestión del gobierno, y bajando la presión y las necesidades a corto plazo para sostener el poder.
Además, el intendente y el vice intendente encabezarían las listas a concejales, para que sean parte del cuerpo legislativo los candidatos que no sean los ganadores en la contienda ejecutiva. En el espacio en que son electos, se reemplazan automáticamente por los dos primeros suplentes. La lista, inclusive, deberá tener al menos un representante por distrito, para generar un mix de concejales con vínculo territorial, y también con ediles con representación general para toda la ciudad.
Para poder tener un mayor control, Monteverde y su equipo buscan la figura de un referéndum revocatorio para destituir a un gobierno ante una gestión fraudulenta, y así sostener la institucionalidad a pesar de que las elecciones sean cada 4 años. La idea es que sea una iniciativa del pueblo o de un concejal, con una junta de firmas significantes, los que puedan iniciar el proceso de destitución.
También suma una propuesta de consulta popular para proyectos estratégicos, con votaciones vinculantes. Este tipo de consultas podría ser para la aplicación de obras fundamentales, tareas sociales de fondo o desarrollos de iniciativas que puedan generar polémica en la ciudadanía. Hoy no existe esta posibilidad.
Otro de los ejes que quieren modificar es el de la boleta única. El modelo de Córdoba es una sola de verdad, y no un papel por cargos. Además, suma un casillero con la posibilidad de votar a todo el frente político, sin necesidad de tener que marcar cada una de las categorías.
Esto le daría mayor vuelo a la organización partidaria, que se ha visto bastardeada en los últimos años en nuestra provincia y nuestra ciudad, en donde hubo que salir a buscar caras conocidas por la necesidad de tener un candidato “votable” por cada categoría.
Pullaro, en contra de la ley
Desde la provincia se viene avanzando en el diálogo para la conformación de un Consejo de Ciudades y avanzar con una ley de autonomías municipales. Sin embargo, hay miradas contrapuestas respecto a si debe hacerse por reforma de la Constitución, si con una ley alcanza o inclusive una ordenanza para comenzar con algunos puntos como plantea Ciudad Futura.
Maximiliano Pullaro, diputado provincial y ex ministro de Seguridad de la provincia, cree que la única alternativa para lograr la autonomía es la reforma de la Constitución. Asegura que con la ley sólo se emparcharán algunas cuestiones pero no será algo armonioso ni tendrá el alcance necesario en cada una de las localidades. Su bloque está preparando un informe precisió de las debilidades de avanzar por ley con un grupo de abogados constitucionalistas.
Su espacio es un eslabón fundamental para lograr los acuerdos en la Legislatura, es por eso que su negativa al avance por ley puede ser un escollo difícil de roer para el gobierno provincial. El socialismo tampoco está muy convencido de que sea una ley la que entable la autonomía municipal, aunque están dispuestos a sentarse a discutirlo. La mayoría en diputados la tiene la oposición, y Pullaro es uno de los referentes.
Durante su gestión, fue Lifschitz el que impulsó la reforma de la carta magna provincial, casi como una obsesión de su gobierno. No logró los consensos necesarios para convocar a un Congreso constituyente, pero se instaló el tema durante más de un año. Pullaro cree que es la única salida no sólo para las autonomías, sino para adaptar todo el texto provincial al nacional.
Hay derechos y garantías, organizaciones institucionales y políticas, cuestiones de justicia, tributarias y económicas, entre otras disonancias que se generaron a partir de nuestra vetusta Constitución y se profundizaron desde la reforma nacional del 94 tras el Pacto de Olivos.
Así de contrapuesta es la mirada respecto a cómo arribar a la autonomía. Algunos pretenden empezar por los temas locales con una ordenanza, desde el perottismo están convencidos de que es por ley porque una reforma constitucional es un proceso largo y al que es complejo de arribar, y otros creen que sólo puede hacerse modificando nuestra constitución que data de 1962. Lo que queda claro es que la mezquindad política y la falta de visión estratégica de muchos dirigentes es lo que frena estos avances.
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