En la actualidad no tenemos dudas de la importancia de la actividad física en nuestras vidas. Hoy es muy común ver gimnasios llenos, grupos de entrenamiento al aire libre multitudinarios y una variada oferta para elegir a la hora de realizar ejercicios.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia y el aislamiento, la gente se inclinó más que antes hacia los entrenadores y entrenadoras personales, trabajando 1 a 1, o en grupos reducidos con gente del círculo íntimo, para evitar encuentros masivos, compartir elementos o estar en lugares cerrados con personas fuera de nuestra “burbuja”.
Elegir un entrenador/a personal puede parecer una tarea sencilla, pero si queremos sostener esa actividad en el tiempo hay algunas consideraciones que debemos tener antes de empezar.
- Coincidencia de horarios: puede parecer obvio, pero el horario establecido para entrenar tiene que ser cómodo tanto para el entrenador/a como para vos. Muchas veces se intenta meter ese entrenamiento en la agenda a presión o en la del profesor/a y eso va a provocar que sea mucho más probable que no podamos sostener esa actividad en el tiempo o que nos veamos obligados a suspender demasiadas sesiones de entrenamiento.
- Propuesta de entrenamiento: hay una infinidad de metodologías distintas a la hora de entrenar y todas pueden ser igualmente buenas… o malas… Mi consejo es que se aseguren que el profesor que elijan les proponga algo que sea divertido, novedoso, desafiante y realizable para ustedes. Si su entrenamiento no resulta entretenido es muy probable que abandonemos antes de tiempo.
- Fundamentos y objetivos: asegúrate que el tu profesor/a tenga fundamentos de porqué hace lo que hace, no cualquiera está capacitado para prescribir ejercicio físico. Siempre es bueno plantear objetivos en conjunto para poder hacer un seguimiento del progreso, saber si lo que estamos haciendo funciona y mantenerse motivado con el entrenamiento.
- Costo o valor económico: en este punto podríamos responder rápidamente que busquemos el entrenador/a más barato que encontremos disponible. Mi opinión sobre este punto es que eso sería un grandísimo error. Si bien es importante que el precio que paguemos por su servicio encaje en nuestra economía para poder afrontarlo todos los meses, pagar “demasiado poco” por el mismo nos puede condenarnos al fracaso. Muchas veces cuando pagamos poco por algo tendemos a no valorarlo, a no darle importancia. Por lo que mi consejo en este punto es que paguemos un valor que “nos cueste” afrontarlo para darle la relevancia que se merece y entrenar motivado por el esfuerzo que hice para pagarlo.
- Empatía: este tal vez sea el punto más importante, en especial si vamos a entrenar mano a mano con el entrenador/a. Vamos a compartir entre 2 y 4 horas semanales, o tal vez más, debe ser un momento ameno y llevadero más allá de la actividad que estemos realizando. Donde se puedan compartir conversaciones de temas de interés en común. Para esto recomiendo una entrevista inicial antes de comenzar a entrenar, y ver qué nos dice nuestra primera impresión mutua.
Por Juan “Dodi” Bernabeu. Personal trainer, preparador físico de rugby de Universitario de Rosario y entrenador en The Base Performance.
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