El crecimiento exponencial de contagios por Coronavirus llevó a las autoridades de Río de Janeiro a cerrar sus playas este fin de semana. Las arenas de “Ciudad Maravillosa” amanecieron vacías y bajo custodia policial, debido al decreto municipal que prohíbe la actividad en ellas.
Hasta el domingo, no está permitido permanecer en el espacio, meterse al mar o realizar deporte. Esta medida se suma a otras impuestas anteriormente y con el objetivo de reducir la circulación del virus. Algunos de los accesos a Copacabana e Ipanema, dos de las playas más populares, en la zona sur de la capital fluminense, estaban bloqueados con cintas para cohibir la entrada a su interior.
Pese a las restricciones, los agentes intervinieron para retirar a pequeños grupos de personas que estaban en los balnearios.
El sistema público de la capital fluminense posee el 95% de camas de terapia intensiva ocupadas, situación que se reproduce a lo largo y a lo ancho del país sudamericano. En las últimas 24 horas, Brasil reportó un nuevo récord de fallecidos y superó los 90.000 casos diarios.
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