Al menos 72 personas murieron y más de 750 fueron detenidas en Sudáfrica al cabo del quinto y más grave día de disturbios y saqueos por el encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma. Ante la tensión, el Ejército desplegó cientos de soldados en zonas desfavorecidas de las dos provincias donde se originaron las protestas.
Muchas de las muertes ocurrieron en caóticas estampidas mientras decenas de personas saqueaban comercios de comida, electrodomésticos y ropa en las provincias de Gauteng, donde quedan Pretoria y Johannesburgo, capitales administrativa y económica del país, respectivamente, y de KwaZulu-Natal.
Los primeros hechos de violencia esporádicos ocurrieron luego de que Zuma, que es de KwaZulu-Natal, comenzó a cumplir una condena de 15 meses de prisión por haber desacatado una orden de la Justicia de testificar en el marco de una investigación por presuntos hecho de corrupción mientras fue presidente entre 2009 y 2018.
Las protestas iniciales, en la noche del último jueves, escalaron luego hasta convertirse en una ola de saqueos masivos y vandalismo en la madrugada de ayer en zonas desfavorecidas habitadas por personas negras, llamados “townships”, aunque por ahora no se han propagado a las otras siete provincias, donde la policía está en alerta máxima.
El presidente Cyril Ramaphosa, en un discurso a la nación, anunció anoche el envío de 2.500 soldados para auxiliar a una policía desbordada por los disturbios y para “restaurar el orden” en las zonas afectadas.
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